«Conservación preventiva: mínimas intervenciones prácticas en el trabajo de campo»
La ponencia «Conservación preventiva: mínimas intervenciones prácticas en el trabajo de campo» de Marina Ojero y Patricia Frazzi ha sido presentada en el 1er. Congreso Argentino de Arqueología Histórica, realizado en la ciudad de Mendoza entre los días 9 y el 11 de noviembre de 2000.
En resumen nos hemos preocupado en lograr una conservación adecuada de las piezas extraídas, utilizando las herramientas y materiales más convenientes, aprovechando racionalmente los medios y los limitados recursos con los que contábamos. Nuestro esfuerzo está orientado a una inmediata conservación del material desde el momento mismo en que es extraído. De esta forma los objetos han sido secados lentamente, guardados más limpios y embalados en forma más segura.
Con nuestra tarea hemos pretendido realizar un aporte en el trabajo arqueológico de campo.
– ♦ –
La presente ponencia se refiere a nuestro aporte como Conservadoras-Restauradoras del Centro de Arqueología Urbana de la Universidad de Buenos Aires en el sitio en que estuvo ubicada la casa de Pierre Benoit y sus descendientes, en la esquina de Independencia y Bolívar de Buenos Aires, excavado durante enero y febrero del corriente año bajo la dirección de Daniel Schávelzon y Zunilda Quatrín.
El trabajo se realizó en el terreno donde, a inicios del siglo XIX se edificó la casa de Pierre Benoit, un inmigrante francés que llegó a Buenos Aires en el año 1818 y fue un destacado arquitecto, artista e intelectual de su tiempo.
Esta fue la primera construcción francesa de la ciudad de Buenos Aires que rompió con la tradición española para adoptar la cultura europeizante de moda durante el gobierno de Rivadavia. Según todavía creen algunos de sus descendientes, Pierre Benoit era en realidad Luis XVII, hijo de María Antonieta y de Luis XVI y por lo tanto el sucesor en el trono de Francia. Después de la Revolución Francesa habría sido rescatado y criado con una nueva identidad.
Se sabe que llegó a Buenos Aires a los 33 años, para destacarse como eximio dibujante, arquitecto, artesano y urbanista. Entre muchas de sus obras se encuentra la creación del frontispicio de la Catedral. Su hijo Pedro, que también vivió allí, fue el proyectista de la ciudad de La Plata y constructor del edificio del Museo Etnográfico entre muchas cientos de las obras más significativas de la generación del 80.
El sitio está ubicado en la intersección de Av. Independencia con la calle Bolívar en el barrio porteño de San Telmo, de la ciudad de Buenos Aires.
Antes de la excavación, el predio estaba cubierto con baldosones de cemento. Para dar comienzo a la excavación arqueológica, el solado fue levantado y se instaló un cerco metálico para circunscribir y proteger el área.
Nuestra tarea consistió en proteger los objetos extraídos de la excavación aplicando técnicas de conservación preventiva. Trabajamos interdisciplinariamente junto al equipo arqueológico. La presencia de un Conservador in-situ tiene por objeto minimizar el impacto postescavatorio que sufren los objetos al ser extraídos y en tomar una serie de medidas preventivas para retardar los efectos de los factores ambientales y físicos que provocan su deterioro.
Para proteger el material extraído de la exposición directa de los rayos solares, y de la lluvia se utilizó como depósito transitorio un tinglado construido en la playa de estacionamiento existente dentro del mismo terreno de la excavación.
Para optimizar el trabajo tuvimos en cuenta la utilización de los recursos disponibles en el predio y sus alrededores, teniendo en cuenta el escaso presupuesto disponible para esta tarea.
Como ejemplo, podemos citar los cajones de frutas y las cajas de cartón que utilizamos como soporte rígido que nos facilitaron en los comercios cercanos al sitio. Como medida preventiva los cajones fueron lavados profundamente con agua e hipoclorito de sodio.
Metodología de trabajo
A medida que se extraían los objetos se realizó una limpieza superficial mecánica con el instrumental adecuado.
Las herramientas que utilizamos para remover las adherencias siempre fueron de un material más blando que el de la materia prima de la pieza. De esta forma se evitan marcas indeseables que podrían modificar la interpretación en el estudio de la misma. Por ejemplo: en la limpieza del vidrio y de la loza utilizamos estecas de madera y palillos de bambú.
Las herramientas más usadas, fueron cepillos de cerda suave y también de fibra sintética, palillos de bambú, pinceletas, estecas de metal y de madera.
Los fragmentos de vidrio o las botellas enteras cuyo estado de conservación lo permitían, fueron lavados con agua corriente ya que no disponíamos de provisión de agua destilada.
Una vez concluido este paso, los materiales se dejaban secar controladamente antes de proceder al embalaje.
Tuvimos especial precaución con los huesos, los dejamos secar muy lentamente para evitar deformaciones y posibles quebraduras.
Las botellas y los objetos más frágiles fueron envueltos en fiselina y guata. También hemos utilizado espuma de polietileno de 1 o 2 mm. o en forma de red. De esta forma todos los objetos, uno por uno, estuvieron perfectamente protegidos antes de moverlos.
Los materiales fueron separados de acuerdo a su materia prima y se colocaron en doble bolsa de polipropileno, que por ser un material estable y transparente, permite la lectura de las etiquetas que van entre las dos bolsas donde se anotó el nombre del sitio, transecta, cuadrícula y nivel.
Las bolsas se cerraron con ganchitos de alambre forrados en plástico.
Para el embalaje de fragmentos de madera, metales, huesos, textiles, papel, plástico, cerámicas, lozas y porcelanas se siguió el mismo procedimiento.
Los materiales de construcción como las molduras, baldosas, ladrillos y azulejos fueron cepillados. Si tenían restos de cemento o cal del mortero de asiento, lo retirábamos con estecas de metal.
Todo el material embolsado y clasificado se colocó en cajones de madera con su correspondiente identificación.
Las molduras y los fragmentos grandes de materiales de construcción se almacenaron directamente en los cajones, anotando el lugar de donde provenían, con marcador indeleble en cada cajón, por ser más práctico que la etiqueta.
Se realizaron algunas adhesiones de loza y vidrio con Paraloid B72 diluido 1:1 en acetona técnica para facilitar la lectura de lo que fue el objeto en su origen. De esta forma se trató de aplicar un criterio didáctico ya que el sitio era visitado frecuentemente por público en general, además de especialistas y diversos medios de comunicación (diarios, revistas y tv.).
Para la exhibición de los objetos en el sitio preparamos una caja con el material más representativo y todos los días armamos una pequeña exposición de los mismos.
Por último, supervisamos el transporte de los objetos al Centro de Arqueología Urbana donde se continuó con el trabajo de laboratorio y el estudio de las piezas.
Todos los materiales utilizados por nuestro equipo son aptos para Conservación y las intervenciones son mínimas, no invasivas y reversibles.
Las tareas se realizaron sobre la base del Código de Etica y Normas para el Ejercicio Profesional del American Institute for Conservation of Historical and Artistic Works (AIC) de 1994.
A partir de nuestra experiencia en el trabajo de campo, queremos transmitir nuestra convicción de la necesidad de la tarea del Conservador in-situ.
La intervención directa con nuestras manos y mente en la protección del patrimonio arqueológico histórico nos hace sentir y pensar que estamos construyendo nuestra identidad y que podemos legarla para generaciones futuras.
Bibliografía
- Acton, Lesley y Paul Mc Auley.
Restauración de Loza y Porcelana, Editorial Gustavo Gilli S.A., Barcelona, 1989.
- American Institute for Conservation and Artistic Works (AIC).
Código de Ética y Normas para el Ejercicio Profesional, EEUU, 1994.
- Calvo, Ana.
Conservación y Restauración, Ediciones del Serbal, Barcelona, 1997.
- Colcultura.
Manual de Prevención y Primeros Auxilios, Bogotá, Colombia, 1985.
- Guichen de, Gael.
El clima en los museos.
Proyecto Regional de Patrimonio Cultural y Desarrollo PNUD/UNESCO, ICCOM, Roma, 1984.
- ICOMOS.
Carta Internacional para la Gestión del Patrimonio Arqueológico, México, 1990.
- INAH, Stanley Price, Nicholas.
La Conservación en excavaciones arqueológicas, ICCROM, Roma, 1984.
- Instituto Nacional de Antropología e Historia de México e Instituto Getty de Conservación.
Conservación Arqueológica In Situ – Memoria de las reuniones (1986), Santa Bárbara, 1993.
- Schávelzon, Daniel
Arqueología Histórica de Buenos Aires: la cultura material porteña de los siglos XVIII y XIX, Editorial Corregidor, 1991.
La Arqueología Urbana en la Argentina, Centro Editor de América Latina, Buenos Aires, 1992.
Arqueología Histórica de Buenos Aires, Editorial Emecé, Buenos Aires, 1999.