«La cerámica histórica en Argentina»
El artículo «La cerámica histórica en Argentina» de Daniel Schávelzon, Director del Centro de Arqueología Urbana, ha sido publicado en Cerámica y Cristal, N°122, páginas 21 a 23, correspondiente al mes de febrero de 1998, ISSN 0325 0229.
Los estudios arqueológicos que se han hecho en Buenos Aires y otras ciudades del país, han mostrado la enorme variedad de cerámicas que fueron usadas en la vida cotidiana entre los siglos XVI y XX. Pero a diferencia de las cerámicas de las poblaciones indígenas precolombinas, éstas casi no han sido estudiadas. Esta nota y las subsiguientes en la revista, irán presentando algunos tipos y variedades de lo descubierto, comparando los fragmentos provenientes de las excavaciones con piezas completas en los museos de todo el país, los que están siendo relevados en forma sistemática. A la fecha se ha analizado cerca de medio millón de fragmentos y objetos completos, conformando un conjunto de información único en la región y que comprueba la importancia de la cerámica histórica en nuestro territorio.

1. Fragmentos de dos escudillas de Reflejo Dorado excavadas en Santa Fe la Vieja (Cayastá) que se encuentran en el Museo Etnográfico de Santa Fe; representan el tipo más antiguo de esta cerámica, fabricados hacia el siglo XIV y descartados en el siglo XVI.

2. Plato completo de excelente estado de conservación que se encuentra en el Museo Enrique Larreta, Buenos Aires; fabricado en Valencia en el siglo XIV y descartados en el siglo XVI.
I – Mayólicas de reflejo dorado
Estas cerámicas, también denominadas de reflejo metálico o Lusterware no habían sido halladas hasta ahora en la región; en 1996 identificamos en grupo de fragmentos en el Museo Etnográfico de Santa Fe, excavados en Cayastá (Santa Fe la Vieja), ciudad que estuvo habitada entre 1573 y 1650. Existen en diversos museos piezas completas como las que aquí presento, pero todas fueron adquiridas en Europa por lo tanto nunca fueron usadas aquí. Se trata de cerámicas de lujo, caras, destinadas en España a la nobleza e incluso importadas a las cortes de los países de toda Europa central. Fueron fabricadas en Valencia, con neta tradición musulmana, desde el siglo XIII tardío, y con grandes cambios siguieron haciéndose hasta el siglo XIX aunque sin la calidad original. La pasta es de color blanquecino, gruesa, pesada, de buen grano, que era cubierta por un esmalte blanco de estaño y plomo cocido a menos de 1000 grados; más tarde se le agregaba pintura dorada hecha con sulfuro de cobre y plata desleído en vinagre, que imitaba el oro, con una segunda horneada a 650 grados y enfriamiento paulatino a 500 grados. El período en que tuvo su apogeo fue para los años 1400 – 1450 y poco más tarde pasó a América con los primeros conquistadores; su rareza aquí se dirige a haber sido una cerámica de lujo. Las más antiguas tienen decoraciones arábigas, geométricas y con letras, tras la cristianización se le pintaron animales, plantas y árboles, incluso escudos señoriales y no faltaban los detalles hechos en azul de cobalto. Para el siglo XVIII el color dorado se había transformado en un rojo fuerte, perdiéndose la calidad original y variando cada vez más las formas de los recipientes. Pero su superficie iridiscente, la imitación del oro y las magníficas decoraciones las hicieron siempre objeto de lujo y una de las más hermosas cerámicas de Europa.

3. Plato de gran tamaño del siglo XVI con inscripción latina en los bordes pintados en cobalto, del Museo Isaac Fernández Blanco, Buenos Aires.

4. Plato del siglo XVII decorado con reflejo dorado y azul con relieves internos, del Museo Isaac Fernández Blanco, Buenos Aires.

5. Barrilito para guardar miel con decoración tardía y en fajas con flores circulares, del siglo XVIII; Museo Enrrique Larreta, Buenos Aires.

6. Dos barrilitos mieleros de tamaño reducido de reflejo dorado con decoración simple y tardía, provenientes del Museo Enrique Larreta, Buenos Aires.

7. Dos escudillas con manijas salientes planas, posiblemente de los siglos XVII una y XVIII la otra, con decoración geométrica y alafias, provenientes del Museo Enrique Larreta, Buenos Aires.
II – Mayólica de Triana
En las excavaciones arqueológicas hechas en Buenos Aires se encontró un tipo de mayólica esmaltada en blanco y pintada con colores que proviene del barrio de Triana, en Sevilla, y fueron muy usadas por el común de la población entre 1750 y 1850. Es interesante ya que se trata del último tipo de mayólica que llegó masivamente al país, dado que coincide en el tiempo con la importación de la loza inglesa desde 1770 aproximadamente a través del contrabando que caracterizó al comercio porteño. Se trata de cerámica de pasta blanca, opaca como tiza, de grano muy fino, esmaltada de blanco salvo raras excepciones, con pintura azul de cobalto o policromía hecha con trazos rápidos, en platos de base ancha, tazas, lebrillos y bacines. Las más comunes tienen un motivo anular simple que se alterna con rayas sinusoidales o ramas muy estilizadas; en otros casos hay ramos de flores y hojas o esponjados color violeta; en otros más una banda sobre el borde imita burdamente los motivos de la porcelana china. Es interesante constatar que, pese a ser la vajilla más común en Buenos Aires y buena parte del país durante un siglo, no hay casi ejemplos en los museos o colecciones privadas.

8. Plato de base ancha y plana decorado con chinescos en los bordes y motivo floral policromo en el interior del siglo XVIII (Museo Fernández Blanco, Buenos Aires).

9. Plato similar al anterior, restaurado, hallado en las excavaciones de la Casa Ezcurra, Alsina 455, Buenos Aires, en un pozo de basura fechado para 1800-1830.

10. Fragmentos de mayólicas Triana, de platos y bacinicas pintados con motivos de ramazón azul en bandas anulares, excavados en Defensa 751, Buenos Aires.

11. Fragmentos de un juego de taza, platos y azucarera pintados en azul con motivo de hojas alargadas excavados en San Telmo, Buenos Aires.

12. Un plato con sus partes recolocadas en posición original de motivo anular y pintura azul de cobalto, excavado en el ex-convento de los jesuitas, actualmente en el Museo N. Avellanada de Tucumán.

13. Grupo de fragmentos de platos Triana con motivo bicolor azul-amarillo en bandas pintadas con ramas y hojas, excavado en Defensa 751, Buenos Aires.
Bibliografía
– Juan Ainaud de Lasarte, Cerámica y Vidrio, vol. X Ars. Hispanae: Historia universal del arte hispánico, Editorial Plus Ultra, Madrid, 1952.
– Kathleen Degan, Artifacts of the Spanish Colonies of Florida and the Caribbean 1500-1800 (I), Smithsonian Institution, Washington.
– A. W. Frothingham, Lustre Ware of Spain, Hispanic Society, New York, 1951.
– John Goggin, Spanish Majolica in the New World, Department of Anthropology, Yale University, 1968.
– Trinidad Sánchez-Pacheco y otros, Cerámica esmaltada española, Labor, Barcelona, 1981.
– Daniel Schávelzon, Arqueología histórica de Buenos Aires (I): la cultura material porteña de los siglos XVIII y XIX, Corregidor, Buenos Aires, 1991.