Hallazgos arqueológicos en la Casa de Liniers: un tortero de hilar de cerámica rústica
Estas notas tienen por objeto mantener a los interesados en contacto con las excavaciones y hallazgos que se llevan a cabo en el trabajo encarado porla Dirección General de Patrimonio e Instituto Histórico, dado el interés que ha despertado este conjunto de los siglos XVII y XVIII debajo de la que fuera la casa del Virrey Liniers en San Telmo. En este artículo, que es el número 3 de la serie y escrito en el año 2012, se hace mención al hallazgo de un tortero de hilar de cerámica rústica.
Esta semana tuvimos un nuevo hallazgo entre todo lo encontrado en la excavación: un tortero de hilar. Puede parecer nimio, modesto, hasta insignificante un tortero roto hecho de la cerámica más burda que había, un fragmento de vasija rota. Pero por eso es importante: no sólo –creo- es la primera vez que se encuentra uno, pese a que es tan común en los sitios rurales donde se hilaba lana diariamente -lo que nunca imaginamos que se hacía en la ciudad-, en la mejor tradición indígena. Si no también porque en el siglo XVIII fue perdiéndose esa manufactura al irse modernizando los sistemas de hilar –valga a rueca de madera-, o luego comprando la lana o hilos en carretes importados. Lógicamente en las comunidades marginales del país aun se sigue hilando, en nuestro noroeste es común ver mujeres haciéndolo mientras caminan o llevan a pastar a las llamas.
El tortero o volante o fusaiola, era una pieza redonda que, con un agujero en el centro por donde pasaba un delgado palo de madera, giraba constantemente transformando la lana en un hilado que podía usarse para tejer. El tamaño del tortero y su peso determinaba la velocidad de giro y por lo tanto del grado en que los hilos se ajustaban entre sí, siendo el resultado más o menos rígido o delgado.
En la vecina Cayastá (Santa Fela Vieja) hay cientos, pero los que hemos visto son hechos en mayólicas españolas, o más raro, en hueso, no en cerámicas rojas. Nuevamente ratificamos en un objeto doméstico el fechamiento del sitio que estamos excavando.
Creemos que el volante nunca llegó a ser usado; que se rompió cuando se estaba perforando el agujero central, desde abajo, lo que parece indicar la forma de la rotura con lascas del lado opuesto y golpes desde abajo.