Hallazgos arqueológicos en la Casa de Liniers: El hallazgo de una higa de piedra negra
Estas notas tienen por objeto mantener a los interesados en contacto con las excavaciones y hallazgos que se llevan a cabo en el trabajo encarado porla Dirección General de Patrimonio e Instituto Histórico, dado el interés que ha despertado este conjunto de los siglos XVII y XVIII debajo de la que fuera la casa del Virrey Liniers en San Telmo. En este artículo, que es el número 2 de la serie y escrito en el año 2012, se hace mención al hallazgo de una higa de piedra negra.
La arqueología no encuentra El David ni la Gioconda. Es obvio. Pero en estos días y gracias al buen ojo de Odly se encontró una pequeña, mínima, casi imperceptible «higa». Algo chiquito, negro y sucio, pero que nos significa la apertura a un mundo olvidado, escondido por el peso de la gran historia nacional. Las higas eran -y siguen siendo- pequeñas manitos de piedra dura y brillante con el dedo pulgar entre el segundo y el tercero.
La higa es un símbolo africano que llegó a América junto con los esclavos pero también fue común entre los españoles, ya que curaba llevándola cerca del dolor. Se supone que absorbía la energía negativa (la New Age de la época). Fueron habituales en los siglos XVII y XVIII y romperlo significaba que habían causado efecto, es este caso. El mal principal era el «de ojo» y para eso se la colgaba de una cadenita del cuello.
Hemos encontrado muchas cosas en esta excavación incluso de plata, pero esta presencia de la esclavitud, la enfermedad, la importancia de lo minúsculo, y el buen ojo del arqueólogo, nos dice mucho más que grandes cerámicas hermosas. Como dice Saramago, las piedras hablan, hay que saberlas oír. Por lo general eran hechas en Asturias y en Yorkshire donde hay excelentes piedras negras de este tipo. Nuevamente los silenciados de siempre se hacen escuchar a través de la historia.