«Informe de la segunda etapa de excavaciones de Bolívar 373»
Durante el mes de junio de 2008 hemos tenido la oportunidad de excavar un recinto, denominado en los planos como “Hall”, en punto central de la curvatura de 90 grados de la galería La Continental. Los trabajos se hicieron con la colaboración de voluntarios del Centro de Arqueología Urbana y de la Dirección de Patrimonio e Instituto Histórico del GCBA. Se trata de la segunda intervención que se lleva a cabo en el mismo edificio, la anterior fue en 2005.
En informes anteriores hemos visto que esta construcción hecha por la familia Guerrero para galería comercial y departamentos, significó la demolición de varias construcciones preexistentes, en especial las que allí tenía Juan de la Peña. Lo que sabemos es que funcionaban varios locales comerciales hasta ese día: la Confitería Standard, la Talabartería Porteña y la Confitería del Comercio. Poco antes, según el Catastro de Pedro Beare estaba allí ubicada la propia casa de la familia De la Peña. Desconocemos por la falta de documentación, que había anteriormente.
Las obras que se vienen realizando dejaron al descubierto muros que a simple vista eran anteriores a la galería, en espacial por la dimensión de los ladrillos, su coloración y su obvio existencia en sitios en que no hay paredes ni evidencia de que las hubiera habido. Gracias a eso la Arquitecta Ana María Carrio nuevamente se puso en contacto con nosotros y se pudo hacer este estudio.
1. Local Bolívar 369
En el sitio donde irá ubicada la cocina del futuro hotel en construcción se encontraron varios muros que, por la premura de los trabajos, y los tiempos de que disponíamos, se pudieron estudiar en forma somera. Se trata de lo que entendemos como una de las construcciones de la casa De la Peña; que según el catastro Beare pareciera coincidir con un cuarto ubicado en el medio del patio posterior.
Lo hallado en el sitio son tres cimientos de muros que corren paralelos entre si de norte a sur a partir de la medianera vecina, que atribuimos al siglo XVIII, y cuatro cimientos de paredes de la Galería La Continental, demolidas más recientemente. La relación estratigráfica muestra que los tres muros A, B y C son más antiguos que los 1, 2 3 y 4 ya que el piso de la vieja galería pasaba por encima de éstos sin dejar evidencias de su existencia. Asimismo la instalación de caños de cerámica vitrificada los cortan y coinciden con los muros de ladrillos de menores dimensiones de la galería. En el plano de 1953 hay en el lugar tres “deptos”, un patio y un cuarto sin identificar.
El cimiento A está hecho con mitades de ladrillos que en origen midieron 42 por 25 por 5 cm, formando una pared de 60 cm de ancho y al menos dos hiladas. Su largo era de 1.60 metros y estaba destruido en su extremo sur.
El cimiento B era similar, hecho también con mitades de ladrillos que en origen medían en su mayor parte 40 por 17 por 5 aunque hubo algunos cuyo ancho llegaba a los 20 cm. seguramente reusados de otras obras. Su extensión máxima era de un metro, cincuenta centímetros de ancho y un caño lo había deteriorado mucho. Había evidencias de tres hiladas superpuestas. Esto nos lleva a pensar en un leve descenso de la tosca en relación al muro A ya que su nivel superior era el mismo.
El cimiento C resultó una pared de importancia que medía 3.90 metros de largo, es decir que cruzaba todo el ambiente y tenía una pared transversal muy deteriorada que de todas formas alcanzaba a ser vista en tres metros de largo. Era el cruce de dos paredes. Estaba formado por sólo dos hiladas de ladrillos en parte completos y en parte fragmentados, deteriorada por cañería recientes. Resultó muy interesante la presencia de cerámica en la junta de tierra y cal entre dos hiladas, lo que nos da un fechamiento aproximado del muro, al menos no puede ser anterior a la existencia de ese material. Lo hallado son cuatro fragmentos, uno de mayólica de Alcora y tres de Talavera, lo que ubica esos cimientos en el siglo XVIII.
Los cimientos de muros numerados del 1 al 4 pertenecen a la primera galería comercial, de 1887 y su demolición es reciente. Los ladrillos miden entre 26-28 por 13-14 por 4, coincidiendo con los existentes en otros muros del edificio aun en pie. Se conservaban tres hiladas, mostrando que la lógica de los cimientos era la misma pese a la diferencia temporal entre las construcciones halladas en el sitio.
2. El Hall central
Este es el espacio mayor que se excavó en su totalidad; se trata de un lugar intermedio entre circulaciones, un ascensor y una escalera, que fue ampliamente modificado en el siglo XX para colocar en un pequeño cuarto la instalación eléctrica y el ascensor citado. Esto generó un fuerte desnivel entre el exterior y el interior. Incluso la pared del lado más nuevo está sostenida por columnas de hormigón armado con grandes bases de fundación y los ladrillos son de menor tamaño. Por la forma oblicua es evidente que se trata de un arreglo de la época en que remodeló la galería Alejandro Virasoro, quien al parecer vivía o al menos tenía oficina en el mismo edificio. Son característicos de su Art Decó los ángulos, el piso de mosaicos, molduras rectas superpuestas, los azulejos, las letras de bronce y un sinnúmero de detalles ornamentales que aun existen.
Básicamente lo que hallamos en el lugar son restos de arquitecturas y depósitos de basura, tanto muy antigua como de tiempos de la galería. Resultó interesante ya que los muros pertenecen a dos épocas diferentes además de dos que llamamos modernas (la Galería y su remodelación), aunque las primeras no muy alejadas en el tiempo entre si –el siglo XVIII- pero los restos materiales se remontan seguramente hasta la Fundación misma de la ciudad en el siglo XVI, con gran presencia de cerámicas indígenas.
Hemos numerado los cimientos de paredes encontrados como 1 a 4, siendo el C el más nuevo.
El muro o cimiento 1 es la base de una pared construida con mitades de ladrillo, cosa común históricamente, que corre de norte a sur por cuatro metros; en dos lugares se abren muros perpendiculares hacia el este, el primero de 1.50 metros de largo que fue roto por el 3 moderno; el segundo brazo, de apenas 50 cm fue destruido al hacerse la galería y su resultado es el espacio denominado C. Ese cimiento tiene una parte con una zapata o ampliación entre los dos muros perpendiculares, mostrando que se trata del final del cimiento, que desciende entre una y siete hiladas, sin apoyarse en la tosca. Su ancho es de 56/58 cm. Este fue puesto sobre el borde un gran pozo de basuras, pero es evidente que quien lo hizo ya no lo vio, y sólo en un lugar en donde habría un desnivel cimentó siete hiladas, el resto lo hizo con dos, ya que el relleno debía estar muy compactado.
El cimiento 2 es paralelo al primero, en parte hecho con ladrillos enteros de 40 por 18 por 5 cm. y tiene un brazo perpendicular que mide 55 cm de ancho en dirección oeste, de fragmentería. Es evidente que no toca el muro 1 del que termina a 25 cm. El espacio entre ambos brazo es de sólo 39 cm lo que lo hace impracticable y demuestra su no coexistencia. Al parecer al menos una hilada alcanza a pasar debajo del cimiento 3, mostrando que es posterior, lo que lo reconfirman los ladrillos pegados con cal y de 24 por 12 por 6 cm. El muro antiguo, al igual que todos los citados llegan a menos 40 cm del piso de la galería, mientras que el 3 queda al mismo nivel.
La secuencia de pisos superiores, es decir de las galerías, es imposible de reconstruir en este sector ya que fueron levantados antes de nuestra intervención, pero por los relictos observados el último era de mosaicos graníticos de color negro, debajo habían restos de un mosaico de colores formando guardas que atribuimos a la remodelación de Virasoro, siendo los últimos los de color negro con superficie vidriada, típicos de las exportaciones de la Segunda Guerra Mundial. Cabe destacarse que el sitio tiene un fuerte desnivel en relación al resto del edificio, ya que todo ese hall responde a la necesidad de colocar un ascensor; para ello se levantó el piso hasta la altura del inicio de la escalera. Hay en los rellenos del piso gran cantidad de azulejos azules y blancos, que debieron estar en las paredes en alguna oportunidad, seguramente en baños y cocinas. Las instalaciones sanitarias son todas de caños de cerámica vitrificada inglesa.
Muro 4: En realidad se trata de un grupo de ladrillos enteros de 42 cm de largo, en dos hiladas, ubicadas en la base de todas las estructuras, en el extremo oeste de la excavación que asoman en el perfil., corriendo de este a oeste. Es evidente que fue cortado al colocarse la cañería de cerámica vitrificada de ese sitio y luego la base de la columna de hormigón armado del ascensor. Al excavarse se hallaron al menos otros dos ladrillos aun en su lugar sobre el mismo sector. Lo interpretamos como el muro más antiguo del conjunto.
Resumiendo y a primera vista, en virtud de las profundidades de cimientos, el material cultural asociado y el que se apoyen en la tosca o en los rellenos previos, creemos poder afirmar que los muros más antiguos son el 1 y el 4 (este ligeramente anterior), luego le sigue el 2 hecho una vez demolido lo anterior, para completarse con la Galería en 1887 y luego la pared 3, posiblemente de las reformas de 1923. Losa muros limitantes son de la Galería y de las obras de 1923.
Desde una mirada estrictamente estratigráfica se hace evidente que el terreno tenía una gruesa capa de humus vegetal negro que era usado, y donde quedaron fragmentos de cerámicas y huesos; en algún momento no identificado del siglo XVII esa capa negra fue interferida para construir cimientos de una casa de ciertas dimensiones no reducidas. Se tratarían de los muros 4 y 1. El terreno donde debió asentarse era irregular, leve aunque desparejo y pese a que la costumbre es descender hasta la tosca más firme, no se hizo así sino en los sitios en que parecía haber pozos o lugares más blandos, como el sector sur del muro 1 en que fue necesario colocar siete hiladas. Ya dijimos que existió un gran pozo de basuras de forma cóncava con un sector central cilíndrico de 1.50 metros de diámetro en esa parte –ver dibujos-, que ubicamos para inicios del siglo XVII, hacia 1620 o 1650, el que fue sedimentando y compactado hasta desaparecer de la vista en el siglo XVIII. Tanto es así que no lo vieron al construir. Únicamente alguien debió observar algo raro, y esto se debe a que allí había un fuerte relleno de tierra suelta, negra también, mezclada con cerámica, vidrio y una gran cantidad de huesos. El cimiento pasa en forma evidente por encima de este sector.
¿Qué era ese relleno? Imposible saberlo, lo que la estratigrafía muestra es que no era natural, que se hizo un pozo que cubre todo el Sector F (ver fotografías), de forma cóncava con un pequeño cilindro central de 20 cm de profundidad, único hasta la fecha en Buenos Aires. Su dimensión completa es imposible de saber ya que fue destruido en parte por el muro de la galería no. 5. Suponemos que en la parte superior la boca del pozo debió medir unos 2.50 metros y tener los 0.95 metros de profundidad que tiene aun hoy o muy poco más. ¿El propósito? Tampoco podemos saberlo, aunque lo hallado es claro: cerámicas indígenas, hispano-americanas (criollas) como tinajas regionales, poca Talavera y material europeo y vidrio en bajas cantidades con mucho hueso, en algunos sitios en bolsones o conjuntos desarticulados; luego analizamos los porcentuales. Es decir que se trata d verdadera basura de descarte aunque en buena medida hay piezas que remontan, es decir que pueden unirse aunque algunos fragmentos están a distancias de más de un metro uno de otro. Creemos que es una obra previa a la construcción, que debió ser rellenada con el objeto de nivelar para hacer la obra, que el material ya estaba en el lugar y fue ligeramente revuelto y pisoteado. Luego los pisos cubrieron todo y quedó intocado hasta que la Galería lo cruzó con el muro 5. Es muy probable que este contexto antiguo siga del otro lado de esa pared y sea la explicación del conjunto de mayólica del siglo XVII que se encontraron en las excavaciones de 2005 durante la obra, y que reportamos en ese informe. No hay, al menos en el sector F intrusiones de ninguna índole ni materiales más modernos.
En forma totalmente diferente, el sector A es un enorme relleno, al menos de 3.50metros de profundidad, hecho al hacer el muro 6 de la galería comercial en 1882; en él se encontró únicamente materiales del siglo XIX tardío, en especial vidrio de botellas de vino, que asociamos a la obra misma. En el sedimento hubo algunos materiales un poco más antiguos, aunque todos del mismo siglo, que debieron venir junto a la tierra del relleno. El sector B apenas pudo excavarse por sus dimensiones (15 cm de ancho) pero, al igual que el C, se encontró bajo el humus de menos de 10 cm, la tosca estéril. En este caso la alteración producida por el muro 3, de 1923, produjo la introducción de fragmentos de azulejos y otros materiales de su tiempo. El Sector D estaba profundamente alterado por el complejo sistema de cañerías que lo cruzaba, y si bien a 80 cm de profundidad estaban los ladrillos del muro 4, asociados a cerámicas españolas Ichtuknee, la destrucción fue casi total.
El espacio denominado C, casualmente cercano por centímetros al pozo antiguo de basura, es otro pozo aunque lo hemos fechado para las obras de la galería en la década de 1880, y posiblemente sacado de funcionamiento cuando se hicieron las Obras Sanitarias en el lugar una década más tarde. Es similar en la secuencia a lo hallado en la excavación del 2005. Se trata de un pozo de descarte o letrina para líquidos cloacales, excavado en la tosca, que aprovecharon en parte muros preexistentes, pero que tuvo muy poco uso; fue necesario rellenarlo a los pocos años con un sedimento que incluía loza, gres y objetos del siglo XIX tardío, aunque hay algunos fragmentos anteriores que atribuimos o a la tierra o a un punto en que se tocan los dos pozos bajo el cimiento 1, lugar en que fueron hallados en su mayoría.
Los recintos A, B y C tenían la tosca a los 0.90 cm de la superficie original y su poco sedimento excavado era contemporáneo a los cimientos, como veremos luego compuesto por pocos fragmentos de mayólicas, tinajas y cerámica criolla o indígena, sin presencia de lozas. Pasando el nivel superior en todos los sectores, a excepción del gran pozo C, los vidrios eran coloniales, la típica botella cuadrada verde claro. ES notable la falta de los materiales culturales tradicionales de la ciudad, como pipas de caolín, botellas de ginebra y vino inglés o cerveza y ginebra de gres del norte europeo, justamente por ser objetos del siglo XIX, estrato que en su mayor parte fue retirado por los obreros de la construcción antes de hallar los cimientos antiguos.
3. Los materiales culturales
Sector A
Este sector había sido previamente excavado por la obra hasta llegar al nivel estéril de la tosca; se hizo un sondeo de 30 cm pero sin resultado alguno. Se procedió a nivelar y limpiar. En la limpieza se encontraron astillas de hueso muy reducidas, carbón vegetal y un clavo de perfil cuadrado.
Sector B
Era un espacio muy reducido, menos de 15 cm de ancho, entre muros, ya excavado hasta la tierra estéril, sólo pudo limpiarse y nivelarlo.
Sector C
Esta área que ya describimos como un pozo posiblemente de tipo sanitario, rectangular, excavado hasta los 3.50 metros de profundidad sin encontrar su fondo también estaba alterado en sus primero 90 cm. Todo el material que se halló en la nivelación hasta un estrato intocado ubicado al metro de profundidad, era de finales del siglo XIX, posiblemente de tiempos en que se hizo la galería, destacándose dos fragmentos de pipas de caolín, una suela de zapato con clavos de bronce, loza Whiteware, hueso y carbón, vidrio negro de vino, marrón de cerveza y planos transparentes, clavos redondos y cerámica de caños vitrificados. Había materiales más antiguos en el sector sur, en donde el pozo del Sector F se pone en contacto, pasando bajo el cimiento, con este pozo; de esa zona provenían cinco fragmentos de cerámica indígenas.
Al excavar el nivel de 10 cm siguiente se observó que la concentración de material era baja en relación al volumen de sedimento, continuando el mismo tipo de materiales incluyendo azulejos, madera, baldosas, mucho hueso y carbón aunque había una presencia de materiales antiguos consistente en una botija, seis tinajas, un fragmento de loza Pearlware impresa en color azul, cinco lozas Whiteware, quince mayólicas y un fragmento de cerámica indígena.
Al haber logrado definir la posible cronología y función del pozo y en vista que el tiempo era mínimo para una estructura de estas dimensiones y profundidad –se había hallado otra en la obra de más de cinco metros-, se decidió hacer un nivel de 70 cm. Los materiales coincidieron mostrando que todo el relleno fue arrojado simultáneamente, al menos hasta esa profundidad, y que además de materiales de finales del siglo XIX había algunos más antiguos, provenientes en la tierra o por traspaso del pozo vecino: ocho mayólicas, gran cantidad de hueso vacuno muy desintegrado, un fragmento de loza Creamware y seis de tinajas.
Sector D
Debido a que había sido pre excavado en la obra hasta la tosca no se hallaron materiales culturales a excepción de fragmentos de hueso muy desintegrados pegados sobre el nivel inferior que fueron identificados como un mamífero de gran tamaño (Mammalia). Este sector era resultado de una obra hecha en 1923 para colocar el ascensor y el sistema eléctrico.
Sector E
También había sido preexcavado, aunque parcialmente, pero la presencia de un caño de cerámica vitrificada con varios ramales que lo cruzaba completo y la presencia de una base de cimiento de una columna de hormigón habían destruido el sector en su estratoi cultural. Sólo se encontró un clavo de perfil cuadrado y fragmentos de costillas vacunas muy desintegradas, el nivel en que nos entregaron el lugar llegaba casi a la tosca misma, a poco más de 60 cm de profundidad.
Sector F
El nivel en que se comenzó era desparejo y había sido preexcavado, por lo que se lo completó hasta la profundidad de 40 cm, para seguir luego en estratos artificiales de 10 cm. y en cuadrículas. Técnicamente esto fue posible hasta que se descubrió que existía una cubeta o pozo excavado en forma cóncava, que se reducía a partir de los 90 cm en forma abrupta. Siguiendo el estrato natural, las cuadrículas se fueron haciendo imposibles de seguir, por lo que la cuantificación de loa materiales, en la medida en que estaban dentro del mismo pozo dentro del cual no había diferencias en el sedimento, se analizan como de un único conjunto.
El nivel superior era una mezcla de objetos actuales –plástico, clavos y vidrios-, junto a material del siglo XIX tardío, entre ellos cinco fragmentos de loza Whiteware, tejas, maderas muy alteradas, carbón, caños de cerámica vitrificada, vidrio de vino inglés incluyendo un pico tipo 1880-1890, parte de un vaso soplado, muchas baldosas francesas del piso preexistente, revoques y ladrillos. Entre el material antiguo habían un clavo de perfil cuadrado, una hebilla de bronce de zapato, trece fragmentos de tinajas, uno de botija, cinco mayólicas una de ellas de Triana y siete indígenas o criollas. Desconocemos si eran de allí mismo o era tierra proveniente de las otras excavaciones que terminó en ese sitio. Incluso lo que es más antiguo pudo ser parte ya del pozo de desperdicios antiguos, que fue alterado en partes en la remoción previa, pero era imposible de superar el problema.
En una síntesis general el material encontrado es el de un pozo de desperdicios, que por el alto gradiente de humedad y lo poco profundo destruyó en forma casi absoluto los huesos que, los que se salvaron, lo fue gracias a un enorme cuidado. Pero después del estrato revuelto todo el material, a diferencia con todo lo excavado antes, era en su mayoría de extrema antigüedad para la ciudad, con un fuerte predominio de las cerámicas de tradiciones indígenas o criollas, mayólicas españolas –no había loza- e incluso dos lascas de piedra indígenas ubicadas precisamente en el nivel en que se forma el fondo cilíndrico del pozo descrito.
Hemos hecho una serie de cuadros que muestran la presencia de los materiales más sifnificativos y de presencia continua. La observación nos muestra una enorme cantidad de cerámicas que entran en los grupos indígena, criollo o mestizo y tinajas regionales, una baja proporción de mayólica española y la absoluta falta de loza. Por otra parte hubo un fragmento de cerámica Rey y dos lascas de piedra; todo esto, en especial los marcadores más ajustados que tenemos ahora, nos lleva a pensar que el pozo fue hecho hacia 620 o 1650 y rellenado en esos años. Entre las cerámicas indígenas cabe destacar que hay un importante número de Monocromo Rojo, Borde Evertido y decoraciones por incisión, unguicular, cepillado o mediante líneas verticales e incluso dibujos. Sólo dos fragmentos estaban pintados en blanco sobre el rojo de la superficie engobada, en la manera tradicional de los primeros tiempos de la colonia en Buenos Aires. Por supuesto hay que tener en cuenta que no se excavó el 100% del pozo, ya que un muro de la galería le cortaba un 20 % de su volumen.
Si bien los restos óseos aun deben ser analizados y los de carbón fechados, en forma preliminar tenemos en el sitio una ocupación que va desde al menos el siglo XVII a la actualidad, lo que resulta de enorme interés para la arqueología de Buenos Aires y su historia y patrimonio.
Totales de materiales
Oseo |
1008 |
(hay dos o tres veces ese número imposibles de recobrar) |
Metal |
33 |
|
Cerámicas |
1201 |
|
Tejas |
123 |
|
Pipas |
3 |
|
Zapatos |
3 |
|
Lascas piedra |
2 |
|
Lasca mármol |
1 |
|
Carbón |
739 |
(que pudo ser recobrado) |
Vidrios |
85 |
Esto da una cifra de 2460 objetos conservados
Tipo de materiales
Prof. |
May. |
Tinaja |
Indi./criolla |
botija |
tejas |
clavos |
vidrio |
40-50 |
1 |
15 |
10 |
3 |
55 |
2 |
1 |
50-60 |
9 |
28 |
16 |
3 |
10 |
1 |
25 |
60-70 |
5 |
26 |
64 |
– |
3 |
– |
1 |
70-80 |
16 |
81 |
53 |
3 |
7 |
2 |
– |
80-90 |
9 |
85 |
15 |
1 |
12 |
3 |
2 |
90-110 |
32 |
117 |
150 |
– |
11 |
8 |
3 |
110-130 |
72 |
121 |
146 |
3 |
10 |
5 |
5 |
Totales |
144 |
473 |
454 |
13 |
108 |
21 |
37 |
Resulta muy interesante si, pese a que los restos de hueso y carbón no pudieron recuperarse en su mayor parte, si los agrupamos por funcionalidad, tenemos
Objetos de uso personal |
8 |
|
Material de construcción |
144 |
(sin ladrillo) |
Objetos para alimentación |
3038 |
Esto nos lleva a dos conclusiones provisionales sobre ese pozo: o no estaba relacionado a vivienda alguna sino a otro tipo de estructura, o si lo estaba era muy temprana –por la falta de lujos- (que parece ser lo correcto), y sí estaba conexo a una cocina o lugar de descarte de material de alimentación.