«Trabajos de asesoramiento y relevamiento de potencial arqueológico en el recinto sureste de Bolivar 373»
El presente informe sobre las excavaciones en el sitio de la calle Bolivar 373 es el primero sobre las actividades realizadas entre los meses de enero y febrero de 2008 y fue realizado por Flavia Zorzi.
El sitio Bolívar 373 se encuentra sometido a trabajos de investigación arqueológica ya desde el año 2005. En todos los sectores excavados desde ese momento se han realizado importantes descubrimientos que abarcan un rango temporal considerable y una gran diversidad de material arqueológico y estructuras arquitectónicas. Dichos descubrimientos contribuyen notablemente al conocimiento de la sociedad porteña de los siglos pasados y su vida cotidiana, convirtiendo así a este sitio en uno de los lugares privilegiados para futuras investigaciones.
Desde el 19 de enero de 2009 se están realizando trabajos de relevamiento de potencial arqueológico en el recinto sureste del edificio. El recinto se encontraba sometido a trabajos de excavación por parte de los albañiles desde aproximadamente dos semanas antes. En el momento de iniciar el relevamiento se observaron 4 unidades de excavación, que habían sido planteadas y trabajadas por los albañiles. Hemos denominado a estas unidades A, B, C y D. A continuación se realiza una descripción de las actividades realizadas en este período y de los materiales y estructuras hallados.
Relevamiento de la Unidad A.
La denominada UA está ubicada contra el muro norte del recinto, a 1,67 m. de la puerta ventana Oeste y 2,41 m. de la puerta ventana Este. En un primer momento consistía en una excavación de 1,9 por 1,25, de varios metros de profundidad. Más tarde, la excavación fue ampliada para cubrir un área total de 1,85 por 1,9 metros.
En el interior de dicha unidad, contra el perfil sur, se descubrió una estructura de ladrillos orientada en sentido Este-Oeste. Esta estructura fue interpretada como un antiguo cimiento y se la denominó Muro A. Con la ampliación de las excavaciones, se observó que el ancho de la estructura, así como las características de los ladrillos y su disposición sobre la superficie, podrían corresponder también a los restos de un piso.
El trabajo consistió en la limpieza de esta estructura, para lo cual se extrajo cuidadosamente el sedimento que la cubría, consistente en una capa de escombro moderno a modo de contrapiso, que alcanzaba unos 30 cm. de profundidad (tomando como nivel cero el embaldosado actual), y una capa muy delgada de tierra con alto contenido orgánico. El sedimento retirado fue zarandeado y se recuperó un pequeño fragmento de mayólica blanca de pasta color salmón, que consideramos intrusivo en el escombro moderno.
El muro A, con sus 7 hileras de ladrillos superpuestos y alternados con mortero de barro, tiene unos 51,5 cm. de altura, es decir que alcanza una profundidad de 86,5 cm. Luego de esos 86,5 cm. comienza la tosca, arqueológicamente estéril, hasta el fondo de la excavación.
Los ladrillos de la superficie del muro promedian las siguientes medidas: Ancho: 17,5 cm. y espesor: 5,5 cm. El largo no pudo ser medido correctamente debido a que todos se encuentran fracturados. Sin embargo, son de destacar algunos ladrillos cuadrados, tipo baldosones, que se encuentran intercalados con el resto. Uno de ellos mide 26,5 por 27 cm. con 4,5 cm. de espesor.
Por las características de los ladrillos y del mortero, consideramos que el denominado muro A podría corresponder a un antiguo piso, previo a la construcción del edificio actual (que data del siglo XIX). El material arqueológico recuperado en los niveles por encima del muro es en extremo escaso, dado que los primeros 30 cm. de profundidad desde el embaldosado actual han sido afectados por los trabajos de pavimentación del 2005, cuando se colocó el relleno de escombros, y probablemente también con anterioridad.
Relevamiento de la Unidad B y de la Unidad C
La unidad B consiste en una trinchera de 80 cm. de ancho y 4,10 m. de largo, excavada en sentido Este-Oeste y ubicada 1,76 m. del muro oeste del recinto y a 2,90 m. del muro sur. La unidad C es también una trinchera, de 2,17 m. de largo y 95 cm. de ancho, separada de la UB por un pequeño cimiento (muro C1).
La excavación de las unidades B y C dejó al descubierto tres muros, uno de ellos con los ladrillos dispuestos en arco y algunos caños de gres que atraviesan el ancho de la trinchera B.
La primera intervención consistió en una limpieza de los perfiles, con el objetivo de observar y describir los muros. En cuanto a la estratigrafía, en todos los perfiles se observó lo ya descripto para la unidad anterior, es decir, un relleno de escombros moderno de unos 20 a 30 cm. de profundidad y una pequeña capa de sedimento orgánico (a veces del todo ausente).
Muro C1: denominamos C1 al pequeño muro, de 1m. de largo y 65 cm. de ancho, orientado en sentido Este-Oeste, que se encuentra en el límite entre la UB y la UC. Comienza a los 27 cm. de profundidad desde el embaldosado actual. Se apoya en el muro C3, por lo que podría tratarse de una descarga del mismo que habría también funcionado como base para la columna que se encuentra todavía hoy en pie. Los ladrillos que lo componen tienen un ancho de entre 15 y 16 cm., un largo (parcial) de 25 a 30 cm. y un espesor de 6 cm.
El muro C1 tiene 12 hileras de ladrillos intercaladas con barro y alcanza 98 cm. de alto. Por debajo de las hileras de ladrillo se observa una capa de ladrillos rotos de aproximadamente 20 cm., justo antes de la tosca.
Muro C2: Se encuentra en el perfil Este de la UC, apoyando contra el muro C3. Se hace visible a partir de los 34 cm. de profundidad. Está constituido por 13 hileras de ladrillos en total, alcanzando una profundidad de 1,26 cm.
Las cuatro hileras superiores tienen características diferentes al resto. Sus ladrillos son de 38 cm. de largo y 4,5 cm. de espesor, y se utilizó mortero entre ellas. El resto de las hileras son de ladrillos de 42 cm. de largo, 20 cm. de ancho y 6 cm. de espesor, separados entre sí por barro. Estos últimos ladrillos son similares a los del muro A y a los del muro C1. Podría tratarse de dos etapas distintas de construcción – es decir que durante el siglo XIX o principios del XX se aprovecharan estructuras más antiguas- de un “reciclaje” de materiales de construcción o sencillamente de una selección de ladrillos de distintas características. Los ladrillos, a pesar de ser tan frecuentes en el registro arqueológico y arquitectónico de Buenos Aires, no son lo suficientemente diagnósticos como para ser usados como marcador temporal. Sería conveniente contrastar estas estructuras con planos antiguos, a los que no hemos tenido acceso aún, para confirmar la antigüedad y posible contemporaneidad de las estructuras halladas.
Muro C3: es el muro que se halla en perfil norte de la estructura C3 y conecta las columnas del recinto entre sí. Comienza a los 24 cm. de profundidad, inmediatamente por debajo de la capa de escombro moderno. Los ladrillos miden 28 cm. por 13,5 cm. y 4 cm. de espesor y están separados por mortero. Creemos que este muro puede ser contemporáneo a la colocación de las columnas.
Por debajo de una de las columnas, este muro presenta una estructura en arco, tiene 1,25 m. de altura y 2,52 m. de ancho máximo.
Material recuperado entre los escombros
Todo el material extraído durante las excavaciones de las unidades A, B, C y D -consistente principalmente en escombros modernos y tosca- fue revisado, recuperándose los siguientes materiales:
-Algunos fragmentos muy pequeños de loza, en su mayoría blanca o impresa.
-Algunos fragmentos de mayólica de las variadades Ichtuknee, Triana esponjado polícromo y otras variedades indeterminadas debido al alto índice de fragmentación.
-Un fragmento de cañito de pipa blanca de caolín y un fragmento de pipa negra con una inscripción “…NOS”
-Algunos tiestos de cerámica española no vitrificada, correspondientes probablemente a tinajas.
-Parte de un recipiente muy tosco de cerámica de pasta roja y aparente fabricación manual, que por su base inestable y su manufactura rústica interpretamos como un posible filtro de agua.
-Algunos tiestos de cerámica indígena o hispano-indígena, muchos de ellos con hollín cubriendo sus caras. Algunos de estos fragmentos se encuentran incisos y otros decorados con pintura roja.
Concentración de material arqueológico Unidad B perfil Norte
Sobre el perfil norte de la UB, en el sector Este, se observó una alta concentración de hueso quemado, carbón y otros materiales, conformando lentes. Dicha concentración consiste en una columna de aproximadamente 90 cm. de ancho que comienza a unos pocos centímetros de profundidad y se prolonga hasta superar la profundidad del arco.
El espesor de la columna de sedimento no superaba los 40 cm., ya que se encontraba atravesada por el muro C3.
En esta concentración de material arqueológico pudieron recuperarse una enorme cantidad de huesos de animales, muy fragmentados y quemados, tiestos de cerámica de tradición indígena correspondientes a lo que se conoce como tradición guaraní (tanto lisas, como con decoración unguicular y con pintura roja), fragmentos de olive jars españolas, una lasca de calcedonia, fragmentos de mayólica de varios tipos, entre los que identificamos Talavera Tricolor, Alcora, Santa Elena Moteado, Panamá polícromo y otros; y una pipa confeccionada en modo muy rústico con barro cocido.
Se excavó la totalidad de la concentración y el sedimento fue zarandeado con zaranda húmeda.
Todos los materiales recuperados podrían remontarse al siglo XVII y por su disposición se interpreta que esta concentración constituye parte de un antiguo pozo de basura, que fue atravesado posteriormente por el muro C3. A pesar de esa perturbación, puede decirse que la posición estratigráfica original del material no fue visiblemente alterada.
Dadas las características de este depósito, consideramos que el área al norte del muro C3 posee altísimo potencial arqueológico y debe ser excavada en futuras etapas.