«Sondeos arqueológicos en la Estación Coghlan»
El artículo titulado «Sondeos arqueológicos en la Estación Coghlan» es un informe fue realizado en el año 2001, con la autoría conjunta de Daniel Schávelzon (Director del Centro de Arqueología Urbana), Patricia Frazzi y Guillermo Páez para el Centro de Arqueología Urbana.
A partir del interés conjunto entre la Dirección General de Patrimonio (GCBA), el Centro de Arqueología Urbana y un grupo de vecinos del barrio Coghlan, se planeó llevar a cabo una etapa de prospección arqueológica. Esta tenía como objeto determinar el potencial del sitio para definir la posibilidad de hacer excavaciones sistemáticas en un futuro mediato. Se trataba de los grandes terrenos ubicados a un lado de la estación del tren, propiedad de la empresa que obtuvo los ferrocarriles por las privatizaciones, y que estaban por ser entregados a los vecinos organizados para parquizarlos y darles un uso, ya que hasta la fecha estaban casi abandonados y sufrían de constantes inundaciones. Era de especial interés de ellos el ubicar algunos elementos que hicieran a la memoria barrial, en especial relativos a la época de la instalación del ferrocarril, eje a través del cual se estructuró el barrio en los primeros años del siglo XX.
La información bibliográfica y la propia memoria de los vecinos indicaba que toda la zona que ahora será transformada en un parque de uso vecinal, había tenido vías, desvíos y equipamiento ferroviario que fue lentamente quedando en desuso. Esto nos permitió suponer que algo de aquello debía estar aun en su sitio, al menos parcialmente. La otra consulta vecinal se centraba en averiguar las causas del constante anegamiento por agua del sitio, con un terreno que no mostraba señales de tener capacidad alguna de absorción, lo que implicaba una fuerte erosión y dificultades para el uso como espacio público.
La observación del terreno, al menos a primera vista, mostraba que al haberse trazado las vías durante la construcción de la estación antigua y las playas de maniobras, hacia 1900, se lo hizo bajando en forma marcada el nivel topográfico original de la zona. Al parecer el promedio superaba los dos metros. Esto queda evidenciado al ver que las casas que limitan estos terrenos están hasta dos metros más altas que el piso original de la estación; esa era una forma de accionar habitual para los ingenieros de ferrocarriles que necesitaban mantener horizontal el tendido de las vías, rebajando todo el recorrido de la vía si era necesario. Por supuesto en 1900 nadie imaginaba que se produciría la urbanización de toda la zona, el asfalto de las calles y la imposibilidad de absorver agua de lluvia que iría, indefectiblemente, a parar a ese sitio.
Por otra parte sabíamos por la información suministrada por los vecinos e historiadores del lugar que en los últimos años se habían hecho rellenos e importantes cambios en el subsuelo, algunos muy fuertes, lo que nos alertaba respecto a las posibilidades negativas que tenía un trabajo arqueológico en el lugar.
Con base en estos considerandos se definió hacer una etapa exploratoria antes de iniciar una excavación sistemática, organizada en base a pozos de sondeo y recorridos en detalle de superficie, para determinar la potencialidad del lugar y definir si era factible –y lógico- llevar a cabo trabajos en mayor escala, su costo y tiempo en función de los recursos.
Este informe presenta los resultados de esos sondeos hechos en tres días de trabajo de campo –excavación y recolección de superficie-, más otro par de días para el relevamiento y fotografía, y finalmente el trabajo de laboratorio, durante parte de los meses de mayo y junio de 2001.
Cuadrícula I
Este pozo de sondeo se estableció en un sitio elevado en donde no se generaban problemas de circulación de los usuarios del lugar; la intención era ver si ese cambio abrupto cercano a las medianeras de las casas linderas, realmente era topografía original y en ese caso estudiarla. Se trazó una cuadrícula de 60 cm de lado ubicada a 4.50 metros de la pared y a tres metros de un antiguo tablestacado hecho con durmientes de tren.
La excavación mostró desde el primer nivel ser extremadamente compleja ya que la tierra contiene pedregullo grande, del tipo usado entre los durmientes, que hace casi imposible trabajar con las herramientas habituales. Estratigráficamente hubo una capa de tierra amarillenta que incluía bolsas de plástico, madera, vidrio reciente y fragmentos de cemento rodillado proveniente de un piso destruido. Era obvio que se trataba de un relleno muy nuevo, quizás de no más de diez años. Por debajo, bajando 20 cm, se halló un nivel de tierra negra con canto rodado, madera, carbón y materiales también modernos incluyendo huesos cortados con sierra eléctrica. Por debajo de los 50 cm de profundidad una nueva capa de tierra marrón compacta y llena de canto rodado de gran tamaño, tenía grandes trozos de cemento. En estos niveles había presencia constante de nódulos de alquitrán con pequeñas piedras, como el usado habitualmente en el asfaltado de las calles.
A los 85 cm una gruesa capa de alquitrán con pedregullo, muy consolidada, hizo casi imposible continuar excavando, habiendo por otra parte llegado al menos hasta el nivel de la superficie del terreno actual. No se logró ubicar la tosca o terreno estéril que debe estar bajo toneladas el alquitrán imposibes de remover sin maquinaria pesada. Continuar excavando, rompiendo la capa sólida bituminosa, implicaba herramientas de un tipo no accesible para un trabajo de esta naturaleza.
El análisis superficial del sector ubicado en el rincón que se forma entre la medianera y la zona en uso por los Boy Scouts, sumamente erosionada, muestra que el material que ha quedado a la vista repite la estructura estratigráfica de la cuadrícula excavada. En base a esa información podemos reafirmar el dato de que se arrojó allí la capa de alquitrán y el escombro con tierra hacia 1985-1990, alterando así todo el área sobre un desnivel preexistente, aunque no tan marcado. Es decir, que podríamos imaginar que esa capa es la causante de la no absorción de agua en el terreno, de extenderse el estrato, y que la acción es muy reciente.
Cuadrícula 2
Fue trazada en la parte baja del terreno, a diez metros de la no. 1, midiendo 60 cm de lado, para ver si la estratigrafía del terreno continuaba de manera similar. Al retirarse la capa de pasto comenzó a encontrarse tierra marrón con material cultural muy reciente, en especial plástico y gran cantidad de piedras. A los 5 cm ya comenzaba la capa de alquitrán con pedregullo tan densa que era casi imposible romperla con herramientas de mano incluyendo pico y pala.
A los 30 cm de profundidad se halló la parte superior de una vía de tren. Se continuó excavando hasta dejar al descubierto un fragmento de la vía, un durmiente y sus respectivos clavos. Todo se encuentra en buen estado de conservación ya que el asfalto impide siquiera la entrada de agua o aire. El relleno con que fue cubierto este posible desvío o ramal, que corría oblicuo a la vía actual, fue hecho con el mismo alquitrán ya descrito. Fue absolutamente imposible continuar excavando por debajo del nivel del piso sobre el que se apoyaba el durmiente, sin ayuda de herramientas mayores o sin abrir espacios de trabajo muy grandes.
El pozo de agua
Tal como se había acordado se intentó la búsqueda de un pozo circular, enladrillado, que figuraba en los planos antiguos ubicados en la investigación histórica preliminar, al menos hasta 1922, que de encontrarse se planeaba restaurar. Se ubicó el sitio exacto que figura en los planos pero el lugar es muy complejo de excavar ya que por las lluvias está habitualmente cubierto por más agua y barro. De todas formas y tras esperar unos días que se secara un poco el lugar, para poder trabajar se hizo un pozo cercano al que se derivó parte del agua del sector, dejando al descubierto parte de la zona marcada en los planos. Se trazó una trinchera de 50 cm de ancho y se excavó en una profundidad de 30 cm a lo largo de cuatro metros, hallándose una compacta cantidad de piedras y relleno reciente incluyendo lozas y vidrios fechados para 1950 a 2000. Tal como se preveía el sector está absolutamente alterado por las estructuras modernas que tiene y tuvo.
Durante los trabajos varios vecinos informaron que algunos de ellos, hace unos veinte años (cerca de 1980), se encargaron de (o habían visto hacerlo) destruir y luego rellenar un pozo que se hallaba en esa zona, como parte de una serie de acciones vecinales para evitar la inundación de los terrenos, ya que pensaban –absurdamente acotamos ahora- que el agua provenía del pozo. El hallazgo en su momento se produjo debido a un hundimiento, por lo que encontraron la parte superior del pozo el cual fue destruido y rellenado con alquitrán, al igual que otros sectores cercanos. Es decir, se actuó a la inversa de lo que la lógica indicaba, haciendo cada vez más impermeable el terreno –supuestamente para que pudiera escurrir-, en lugar de mejorar la capacidad de absorción del suelo dejando trabajar al pozo. Sólo un intenso y muy caro trabajo de excavación podría confirmar si esta información es cierta, aunque es muy probable.
La presencia constante de agua y barro hizo imposible continuar trabajando, siendo la única posibilidad de continuar en ese sector con un sistema que evite la acumulación de agua cuando llueve, la que demora semanas en secarse por no tener el terreno ningún desague ni capacidad alguna de absorción por el alquitrán. Si la información suministrada es exacta, es posible que nada quede del brocal del pozo para ser restaurado y exhibido, tal como era la intención de los vecinos. Dado que no era un pozo para obtener agua de la napa y su profundidad era muy baja –servía para bombear hacia una cañería-, difícilmente se justifique una excavación más amplia.
La recolección de superficie
Se procedió a hacer una recolección de materiales culturales en superficie, en todo el terreno alrededor de la estación. El resultado fue que todo lo hallado es posterior a la década de 1950 a excepción de un par de fragmentos de loza que podrían ser ligeramente más antiguos. Esta recolección fue hecha cubriendo sistemáticamente todas las superficies, incluyendo los espacios entre medianeras.
Conclusiones
Se hace evidente a través de las dos cuadrículas excavadas y de lo observado en el terreno, que deben yacer bajo su superficie restos materiales de la estación en sus diferentes épocas, ejemplo de lo cual es el pequeño tramo de la vía excavada. Pero también entendimos que el grado de destrucción, de alteraciones y los sucesivos rellenos llevados a cabo por la empresa y por los vecinos, hace toda operación muy compleja; en especial la gruesa capa de alquitrán que puede apreciarse en las fotos, la que no sólo genera problemas para excavar si no que es el motivo principal de la falta de absorción del subsuelo, problema principal del que se quejan los vecinos del sitio. Este relleno ha sido un error que, de alguna manera, debería ser modificado, ya que la solución planteada de hacer grandes desagues perimetrales es costosa y compleja. Posiblemente con una renivelación hecha con tierra negra y abriendo en parte zanjas que pasen debajo del alquitrán, la situación cambie; de todas formas es un tema para que lo traten los expertos.
Regresando a la arqueología se podría hacer un trabajo de mayores dimensiones con equipo y presupuesto adecuado; en ese caso sería factible recuperar tramos de vías y durmientes y alguna estructura asociada a ellas ubicada a nivel de piso. Asimismo es factible la continuación de la búsqueda del pozo de agua, o la liberación del antiguo tablestacado de madera que suponemos fue hecho para evitar el deslave del terreno en la barranca más pronunciada, o la continuación de la búsqueda de otros elementos de interés que hayan sobrevivido a los grandes cambios y rellenos, los que pueden significar hitos para la memoria barrial. Pero creo que debe tenerse en cuenta que todo eso fue tapado por o con la anuencia de los propios vecinos hacia 1990; la liberación de esos elementos enterrados puede ser una manera de poner en evidencia las acciones anárquicas aunque bien intencionadas. Esta fue la sensación que extrajimos de los vecinos presentes durante la excavación.
Por último, la posibilidad de encontrar restos culturales anteriores a la construcción de la estación misma se hace cada vez más difícil por las ya citadas alteraciones y por el hecho que la zona completa fue rebajada de nivel al construirse la estación destruyendo toda estratigrafía cultural anterior a 1900, bajando hasta niveles muy inferiores a los de la tosca o tierra estéril de la ciudad.