«Arqueología de rescate, obra nueva del Banco Galicia. Testigos urbanos del ser occidental»
El artículo «Arqueología de rescate de obra nueva del Banco Galicia. Testigos urbanos del ser occidental» de Marcelo Norman Weissel ha sido publicado en Anales del Instituto de Arte Americano, N° 39 – 40, correspondiente a los años 2005 y 2006, de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo (Universidad de Buenos Aires), pps. 129-157, Buenos Aires, año 2007.
1. Las ciudades enterradas
Poco sabemos del suelo por donde caminamos. Habitualmente nos desplazamos sobre superficies consolidadas que sellan el paisaje de las ciudades enterradas (1). Demoliciones, nivelaciones y terraplenes hacen que el suelo de las ciudades se eleve verticalmente (2). La arqueología de Buenos Aires estudia las conductas humanas cuyos restos materiales se encuentran dentro de los estratos que componen a esas ciudades enterradas. En este sentido, existen pocos testigos urbanos del pasado de la ciudad: volúmenes de depósitos sedimentarios y arqueológicos que se distribuyen en el horizonte subsuperficial. Son el suelo de la ciudad. Por estas razones los espacios que aún conservan información arqueológica, representan un registro que arroja luz sobre etapas de la ciudad sobre la cual la información es escasa (3). El sitio Obra Nueva Banco Galicia produjo resultados arqueológicos que muestran su ocupación continua desde los momentos fundacionales de Buenos Aires. En este trabajo se detallan los pasos seguidos en la investigación para mostrar cómo la historia y la arqueología son fuentes combinadas de conocimiento de la Ciudad.
2. Problemas de Buenos Aires
Cuando el sol baja sobre el Río de la Plata, produce un reflejo de luz que no estamos acostumbrados a ver. Vivimos en la costa donde el sol se esconde y así, nos perdemos de contemplar el reflejo de sus rayos en el agua del Plata. Este metafórico argentum líquido sirve de telón de fondo para la geometría del perfil urbano (4). Al contemplar ese panorama se reproducen los momentos para preguntarse sobre el tiempo de Buenos Aires: ¿Qué llevó al crecimiento material de la ciudad y a la apropiación del paisaje por parte de las formas de ser de occidente? ¿Cómo fueron sus comienzos?, ¿Cómo se constituyó una de las esquinas más céntricas?
Al fijar la lupa en el paisaje urbano observamos la cobertura maciza, un horizonte arquitectónico, donde sólo alguna sospecha intencionada podría pensar que debajo del mismo existen testigos de su paso por el tiempo. La sorpresa se renueva cada día, ya que éste es el caso: debajo del Banco Español se encontraron restos arqueológicos de 400 años de edad. Con esta oportunidad y la expresa voluntad de coordinación de obra, nada nos impidió investigar cada retazo volumétrico de suelo. Ese fue el objetivo, identificar los espacios que contuvieran registro arqueológico del tiempo de la ciudad para conocer la constitución local del ser occidental (5).
La Cultura Argentina fue descripta como una cultura de la criollización (6). Es decir, un espacio donde el criollo, el descendiente directo de padres españoles nacido en el Nuevo Mundo, concentra un status social jerárquico por sobre los nacidos de familia originaria. Con el tiempo, este status se reparte entre las familias patricias de Buenos Aires, que impulsan diferentes formas de ser. Este proceso se expande a lo largo de cuatro siglo (XVI – XX) y podríamos describirlo como la modernización de los grupos de poder relacionados a la actividad mercantil, o burguesía portuaria (7). Las familias patricias se transforman en la clase alta argentina distinguiéndose de las clases subalternas y de la inmigración masiva del siglo XIX, mediante la adopción de sofisticadas formas de vida. Diferentes historiadores estudiaron el comportamiento de la sociedad céntrica de Buenos Aires en su abandono de lo colonial, durante fines de siglo XVIII y comienzos del XIX, al tiempo en que se crean y usan espacios modernos de sociabilidad (8). En este trabajo presentamos fuentes históricas y arqueológicas para abordar esta problemática. Estas dos fuentes son descriptas para plantear la construcción de datos que permitan reconocer dominios, ajuares y equipamientos materiales (9).
Barrio recio o del Taco Verde
El sitio Obra Nueva Banco Galicia se ubica en el barrio de San Nicolás, conocido en la historia como Catedral al Norte, barrio de La Merced, barrio de los ingleses, o barrio recio o del taco verde. Se emplaza en el ángulo Nordeste de la manzana delimitada por las calles San Martín, Bartolomé Mitre, Teniente General Perón y Reconquista. Cubre un poco menos que un cuarto de manzana y se organiza en tres direcciones.
Lote | Referencias anteriores | ||
1- Reconquista 178 | Reconquista 154 – 158 | Reconquista 84 | de la Paz 58, 60, 62 y 64 |
2-Reconquista 189 | Reconquista 90 a 96 | ||
3- Perón 440 | Cangallo 416 | Reconquista y Cangallo designada con los números 76, 78, 78 ½, 80, 82, y 82 ½ por la primera, y 52 52 ½, 54, 54 ½, 56, 56 ½, 58, 58 ½ y 60 por la última |
El sitio está a una cuadra y media de la plaza de Mayo. Durante la repartición de solares realizada por Don Juan de Garay, se otorga la mitad norte a Esteban Alegre (10). Hacia 1649 la esquina Nordeste se registra deshabitada (11). La calle de importancia al norte de la plaza, era Reconquista hasta la Merced, debido a que por allí ingresaban las carretas de transporte y abastecimiento. En los huecos y descampados crecían las tunas, ligustrinas, cinacinas, pitas, cardones y espinillos que alejaban a los animales. El accionar parroquial de La Merced comienza en 1601 en el solar actual de Reconquista y Perón, frente al lote estudiado, luego de un intercambio de terrenos con la orden de Santo Domingo. Entre 1620 y 1810 la ciudad presentaba unas pocas edificaciones de importancia, -el Cabildo, las iglesias y conventos, el fuerte, la residencia del Gobernador y la recova. El resto eran construcciones modestas con techos de paja y ocasionalmente con tejas a partir del siglo XVII. El centro del poblado se ubica al sur de la plaza mayor hasta fines de siglo XVIII, en que el Riachuelo se va cegando y el proyecto de puerto se traslada frente al Convento de La Merced con la construcción de un muelle a principios de siglo XIX (12). De esta manera el centro comienza a moverse hacia el norte de la plaza, y abre el espacio para una nueva clase social: la burguesía portuaria. En un principio se trata de integrantes de familias patricias criollas enlazadas con inmigrantes peninsulares que desarrollan el negocio exportador de cueros y tasajo salado para el caribe y la importación de bienes producidos por la revolución industrial europea. Esta situación genera un ámbito de prosperidad mercantil (13). Durante la primera mitad del siglo XIX, el interés comercial se aplica también a la ganadería, y lentamente a la agricultura. También se ponen en práctica nuevas costumbres, -espectáculos y festividades, comidas, tertulias y familias patricias, moda femenina, balnearios, paseos y cabalgatas, matrimonios, entierros y velorios, serentas, procesiones, veladas de teatro, bailes y carnavales. A partir de este momento observamos también, el inicio de procesos socioeconómicos de gran escala. Las instituciones de control del comercio y mundo financiero se establecen en el sector de la ciudad que conocemos hoy como la city, al punto tal que en 50 años, la zona se puebla de instituciones bancarias y financieras (al menos 12). Las mismas fueron acompañadas por nuevos establecimientos de servicios como el Hotel de Faunch, luego Club de Residentes Extranjeros (en la actual San Martín y Diagonal Norte), la fonda de Doña Clara (una presidiaria enviada a Australia pero establecida en Buenos Aires), la fonda de Smith (fundadores del Albion Criket Club), la de Thorne, la de Kent, la de Keen, la de Provence; donde también hubo representación ibérica a través de la fonda de los Catalanes en San Martín y Perón, en cruz con la casa de los Escalada. En este barrio se asentaron familias como los Anchorena y López Anaya, Garrigós, Reál de Azúa, Atucha, Escalada, Estrada, Perez Millan, entre otros. De esta forma el barrio comenzó a consolidarse junto a la parroquia de La Merced, conformándose en el lugar predilecto de las familias porteñas. Durante las primeras décadas del siglo XIX, la vida social era variada. Minuets y tertulias en casa de Mariquita Sánchez de Mendeville viuda de Thompson, paseos por la alameda, obras en el antiguo Coliseo o Teatro Argentino. Luego los lugares se multiplicarían complejizándose en servicios e infraestructura. En 1852 el inmigrante lígure Vicente Costa construye la Confitería del Águila, en las inmediaciones del Café de París (Perón entre San Martín y Florida) moviéndose en 1895 a Cangallo 417.
Con la creación de la Municipalidad de Buenos Aires crecen nuevas preocupaciones – empedrado, calles, ferrocarriles, puentes, canales, paseos, mercados y teatros, y luego la salubridad. La tecnificación del agua se hace imprescindible logrando que hacia fines de siglo XIX la sociedad argentina se transforme. La ciudad abandona su pasado colonial, dejando de ser la Ciudad del Fin del Mundo, para convertirse en La Paris de Sudamérica. La inversión de capitales, la importación técnica y la inmigración europea, empujan a la estabilización de un nuevo orden social basado en la disgregación de las relaciones primarias de familia y vecindad reemplazadas por relaciones secundarias. La sociedad y los códigos convencionales del estado, sin legitimidad de la tradición y el parentesco, promueven nuevos comportamientos y la utilización de modernos ajuares materiales. La elite conduce el rumbo a través de las normas internacionales de la aristocracia, desarrollando estilos de vida carismáticos, sofisticados, llenos de lujo y actividad social.
Esta tendencia general, contenía sin embargo situaciones individuales y grupales muy particulares, a veces basadas en la familia y que trataremos de observar en detalle.
Reconquista 178.
En este predio se ubicó una casa de Don Francisco Perez Millan, natural de la ciudad – puerto de Moqué, reyno de Sevilla, hijo legítimo de Don Andrés Perez y de Doña Anselma Millan. En 1826 hace testamento ante el escribano Don Manuel Llanes (14). Su casa principal se situó en la calle 25 de Mayo número 36, y que a su vez era dueño de varias casas en la calle de la Paz señaladas con los números 58, 60, 62 y 64. También consta que era “…casado con Francisca de la Quintana con quien tiene nueve hijos”. Don Francisco muere el 15 de Junio de 1836 y en la cuenta de partición se encuentran las liquidaciones referentes a la administración de sus bienes, como los ingresos generados por los alquileres, entre ellos los de la Casa de la calle de la Paz, (No. 58 y 60, No. 62 – Altos de No. 64). En 1837 el Juzgado del Dr. Roque Saenz Peña otorga a Paula Perez Millan la casa de la calle de la Paz números 60, 62, 64 (15). Luego se casa con Jorge Enrique Federico Büttner (16). El 12 de abril de 1871 Paula Perez Millan fallece a los 48 años de edad a causa de la fiebre amarilla. Su albacea es su marido, quien solicita no proceder a la liquidación final para promover una tasación que incluye los ramos de herrería, albañilería, carpintería, alhajas y muebles. En la cuenta particionaria testamentaria, se le adjudica a Enriqueta Francisca Gervasia Büttner de Gowland 768.742 pesos, a Jorge Dionisio Büttner 444.059 pesos y a Adolfo Fermín Enrique 452.398 pesos sobre 1.665.200 pesos valor de la finca situada en la calle Reconquista números 66, 68 y 70 (17). En 1873 termina el expediente con notas de recibo del dinero en castellano de los hijos residentes en América y en alemán de uno de ellos residente en Berlín.
En esta finca se ubicó la Farmacia de Cranwell y Murray, desde 1871 (18), referente para el inicio de la ciencia farmacéutica en la Argentina (19). Guillermo Cranwell, químico, oriundo de Inglaterra instala la primera botica inglesa en nuestra ciudad en 1828. Guillermo A. Cranwell (1841-1909), hijo del primero se asocia a Murray (20). Charles o Carlos Murray (1838-1874), inglés naturalizado argentino (21), casado con Doña Emilia Pasman, transmite su actividad a su descendencia bajo el nombre de R.H. Murray asociado a Juan Aikens. Ambos abren una botica en Florida 274. Murray también se asocia a A.P. Seedorff en este lote estudiado. El establecimiento sigue abriendo sus puertas hasta 1902, bajo el nombre de Amalia Pasman de Murray. Allí actua también Tomás Murray, proveedor de tabaco en polvo para curar sarna. Hacia 1890 Augusto Funes y Rodolfo Lagos (22) adquieren y explotan la propiedad con una casa de remates de animales en pie. Antes de 1867, el predio parece haber tenido doble acceso, por San Martín y por Reconquista. Esta situación tendría relación con el comercio de ganado. Hacia 1903 la zona se encontraba poblada de establecimientos veterinarios, clínicas, enfermerías y herrerías que ofrecían productos garrapaticidas o sarníficos, servicios de castración de vacas y librería veterinaria plurilingüe (23).
Reconquista 189.
En esta finca habitó la familia Garrigós por más de 60 años. Don Agustín Garrigós, primer impresor que se conoce en Buenos Aires (24), compró la propiedad a Don Mariano Antonio, Don Antonio Juan, Doña María Loreta y Doña Juana Sebastiana Alvarez (25). Al morir hereda su viuda, Doña Crescencia Boado de Garrigós, Presidenta de la Sociedad de Beneficencia, entusiasta de la pintura y madre del próximo propietario, Don Octavio Garrigós (1834-1874) (26). A su muerte, hereda la propiedad su viuda y una de sus hijas, las que venden en el año 1886, momento en el que el edificio es ocupado por un establecimiento de litografía. En 1896 se encuentra el escritorio central de la imprenta litográfica de Guillermo Kraft.
Zelmira Garrigós, una integrante de la familia, recuerda su infancia en la década de 1880. Así relata sobre un oficio religioso en La Merced: A la salida se formaban grupos. Luego regresábamos a pie por Cangallo, pasando por el Café de París, frente al cual se reunían grupos de dandies. Después de una vuelta por Florida se iba todo el mundo a almorzar (27). También hace referencia sobre una procesión por la calle Reconquista cerca de La Merced, que hizo frente a un toro suelto que pasó entre medio de ellos, quizás escapado de una de las casas de remates de la zona como la de Bullrich o Funes y Lagos.
Teniente General Juan Domingo Perón 440.
…finca sita en la traza de esta ciudad, calle de San Martín dos cuadras al norte de la plaza mayor inmediato a La Merced…. Su dueño más conocido fue Don Jorge Atucha, nacido en Buenos Aires el 23 de Abril de 1810, hijo de Francisco Atucha y Azcuénaga y de María Rosa Álvarez, llegados a nuestro país en 1789 (28). Como integrante de las clases altas en formación, Francisco Atucha figura como comerciante y no como terrateniente en el Almaque Blondel de los años 1826-1829-1830 (29). Jorge, el primogénito, después de cursar estudios primarios, se dedicó a tareas rurales atendiendo establecimientos de campo en Tandil y en Zárate. Buscó la mejora de las razas bovinas, siendo conocido como el primer invernador de ganado en el “Rincón de Atucha”, partido de Zárate; y uno de los primeros introductores de la raza Durham. Considerado uno de los ganaderos más progresistas de la época, levantó importantes edificios en la ciudad de Buenos Aires, entre otros el Hotel de La Paz u Hotel de la Paix. Jorge Atucha fue antirrosista, diputado y senador de la Legislatura de Buenos Aires entre 1852-1864, y miembro de la Comisión de las Obras de la Aduana en 1855. También por su iniciativa se formó la primera institución argentina de carreras en 1860, y en su domicilio se realizaron las reuniones preliminares (30). Existe un Clásico que lleva su nombre en el Hipódromo Argentino de Palermo. Fue Atucha uno de los prototipos de su generación, tan rica en caballeros chapados a la española, corteses y decidores, caritativos y suntuosos (31). Cultivó la imagen de estanciero sportsman como los Unzué, los Luro o los Alvear. El Hipódromo Argentino inaugurado en el mes de mayo de 1876 con tribunas para 1600 personas y palcos para familias, era atendido por un servicio de restaurante del Hotel de la Paix (32). El ingreso de Atucha, conduciendo de las bridas de su pura sangre entre los aplausos de la multitud, era un ritual del espectáculo turfístico. A su muerte, el 6 de Junio de 1872, La Nación edita varias conmemoraciones, … tenía una gran fortuna; pero esa fortuna no fue en sus manos un tesoro secuestrado al bien social por las murallas espesas del egoismo. Era un rico, sí, pero un rico cuyas cajas abrían sus puertas cada día al clamor del pobre o la inspiración generosa y espontánea que hacía brotar el bien común (33). En el análisis del expediente testamentario de Jorge Atucha (34) consta que estuvo casado en primeras nupcias con Marcela Lima, finada y sin sucesión. Casado en segundas nupcias con Adela Sarasa el 1 de septiembre de 1860, con quien tiene dos hijos: Jorge y Adela Atucha. Su esposa pasa a administrar sus deudas, constando sus bienes en: La casa que le sirve de morada en Suipacha 37. Otra conocida con el nombre de Hotel de la Paz, conteniendo diversos almacenes y fincas de altos Calle de Cangallo formando esquina á la de Reconquista, con frentes al Norte y Este. Tres fincas más en la capital con varias casas: Artes 15 y 17, Suipacha 11, Piedad y Paraná, y una casa quinta en Belgrano. La Estancia “San Lorenzo” en Necochea con 5000 vacunos, 500.000 pesos en fondos públicos de la Provincia, 14 acciones de la Bolsa de Comercio, 2 acciones en la Sociedad Mercados del Plata, 200 acciones en el Banco Argentino, muebles, alhajas, y 1 acción en el primer Teatro de Colón. Sus hermanos, Mariano y Remedios Atucha, renuncian a la sucesión a favor de sus sobrinos carnales. Su viuda hace el arreglo y la liquidación de sus bienes. En Julio de 1873 procede a la facción de inventarios y tasaciones de los bienes. En la hijuela 2ª se le adjudica al heredero Don Jorge Atucha, de trece años de edad, la propiedad de Reconquista esquina Cangallo; Casa conocida con el nombre de Hotel de la Paz, esquina á las calles Reconquista y Cangallo designada con los números 76, 78, 78 ½, 80, 82, y 82 ½ por la primera, y 52, 52 ½, 54, 54 ½, 56, 56 ½, 58, 58 ½ y 60 por la ultima.
En 1875 Adela Sarasa de Atucha, casa en segundas nupcias con Cesar Favier. Esta situación modifica sus derechos respecto a la patria potestad de sus hijos. Adela solicita tutor dativo en su esposo. Pero, el tío, Manuel Atucha, quiere la tutela y, en consiguiente se inicia un pleito. En noviembre de 1877, los menores pasan a ser pupilos bajo un tutor, siendo autorizados por el Ministerio de Menores a salir del país por 3 años para un viaje instructivo y de salud. En Agosto 17 de 1886 Jorge Atucha dirige una nota al Juez de lo civil expresando que: … es aun menor de edad y bajo tutela, pero se casó el 22 de Mayo de 1886 en San Isidro con la Sra. María Teresa de Lavallol. Por esta circunstancia y de acuerdo al articulado, su tutela culminó quedando emancipado y apto para ejercer los derechos que la ley le faculta…. Solicita entonces autorización para litigar, referida al juicio de desalojo iniciado contra Don A. Marechal, por la finca calle de Cangallo nro. 50 a 60 conocida como Hotel de la Paz, logrando el desalojo en el transcurso de ese año (35).
El Hotel de la Paix o de la Paz, del concesionario Raymond Haury, estaba ubicado en octubre de 1856 en Paseo de Julio Nº 17. En 1865 funciona en un edificio de dos plantas con alto mirador en la esquina de Cangallo y Reconquista frente a la Iglesia de La Merced. El 27 de setiembre de 1865 se alojó allí por una noche el Coronel Paraguayo Esigarribia, rendido en Uruguayana. Llegó a Buenos Aires en la cañonera brasileña “Araguarí” y siguió viaje a Río de Janeiro en el vapor británico “Mersey”. El explorador irlandés Richard F. Burton se alojó allí en 1868 y al referirse a los hoteles porteños, dice: El ministerial La Paix…. En 1876 era el más grande de la ciudad, tenía iluminación a gas y en enero de 1879 se instaló allí un ascensor hidráulico, uno de los primeros en Buenos Aires. En 1880 se llamó Grand Hotel y en 1889 estuvo bajo la administración de los señores J. Pérés, F. Ansermin y compañía, parte de quienes continúan la firma con nueva dirección, Florida 25, a comienzos de siglo XX (36). El nombre del Hotel de la Paix se seguirá usando unos años más en las calles Cangallo 521 (1889-1893) y Rivadavia 1055 (1893-1902) llegando hasta la actualidad con esta última dirección bajo el nombre Gran Hotel de la Paix. El Hotel de la Paix, de Perón y Reconquista, fue diseñado por los genoveses Nicolás y José Canale. Los ingenieros – arquitectos se destacaron en diversas áreas, introduciendo adelantos técnicos y estilísticos (37). El edificio contenía un importante zaguán y vestíbulo de piso de mármol y cielo raso de yeso formando bóveda con ocho columnas, cuatro estatuas y revoques pintados, una escalera principal de mármol, un salón, un comedor, setenta y siete habitaciones de pisos de tabla, de paredes empapeladas y con cielos raso de lienzo y de yeso, algunas con estufas de mármol; ocho galerías, algunas decoradas con pinturas, cuatro vestíbulos, un patio con piso de mármol y cierre de cristales con armadura y armazón de hierro, un mirador con techo de baldosas y diez y seis columnas de material al exterior con sus cornisas y adornos correspondientes.
En la documentación revisada (38), queda claro que: Jorge Atucha compra a Gabriel Alejandro Real de Azúa, el 23 de junio de 1855, un terreno medido por el agrimensor Mariano Moreno, lindero por el frente al Este calle de por medio con los herederos de Francisco Escalada, por el fondo con Isidora Real de Azúa, por el norte calle por medio con el Teatro Argentino, por el sur con Crescencia Boado Garrigós. Gabriel Alejandro Real de Azúa, residente en Chile y descripto como un comerciante experto e ilustrada inteligencia, compró una parte a su hermano Exequiel y otra parte la heredó de su padre al morir en 1845. Que Gabriel Real de Azúa le compró a Matías o Matías José Cires, quien fallece en el año 1809. Que Matías José Cires heredó la finca por muerte de su madre Bernardina de la Cruz y Gago de Cires, hija de Joaquín de la Cruz y María Gago, viuda de Eucebio de Cires Fernández Cossio, propietaria legataria el 3-7-1802. Aún cuando la documentación parece clara, se entabla una demanda de los hijos de Matías Cires, quienes reclaman indemnización. Los demandantes Eugenia, Pascuala y Francisco, todos residentes en paises remotos en el tiempo de Rosas, representados por el General Tomás de Iriarte, reclaman que no hubo escrituración de la propiedad, alegando que la propiedad de su padre debía legar a favor de su tío, el hermano de Matías, Tomás Antonio, quien en el año 1800 fue capitán de infantería del regimiento de Voluntarios de Castilla. Intervienen el Tribunal del Consulado, no da a lugar, afirmando que en el año 1861, tras 56 años sin reclamo, sin fortuna pero en buenas condiciones políticas, deben pagar las costas del juicio. Finalmente el 12-9-1896 Jorge Atucha (hijo), domiciliado en Suipacha 37, vende al Banco Español.
3. Arquología de una esquina enterrada.
Aún resulta sorprendente descubrir que a pocos centímetros de la superficie, se encuentran depósitos arqueológicos de 400 años de antigüedad. La sorpresa continúa, considerando que la superficie de valor arqueológico sobrevivió a una cantidad importante de transformaciones edilicias. En cinco etapas de excavación arqueológica, interviniendo sobre 151 metros cuadrados (40 cuadrículas y tres pozos) se rescató una colección de más de 9.000 artefactos fechados entre los siglos XVI y XX. Para poder estudiarlos debimos seguir las obras de infraestructura doméstica antigua, ubicando y estudiando la compleja historia constructiva del predio, especialmente de aquellos sectores de menor perturbación y mayor integridad. De esta forma se estudiaron diversas instalaciones de infraestructura, como el tendido de agua caliente y el tesoro del Banco Español, una cisterna de aljibe rellena con escombros de demolición de la casa Millan, el tendido de desagües de 1893, la presencia de sótanos de variada antigüedad, una zona de pesebres y tres pozos de basura de diferentes locales urbanos situados sobre las aceras Oeste de Reconquista y Norte de Tte. Gral Perón (el nivel del piso de intervención se localizó a los 17 metros de profundidad).
Los resultados logrados durante los trabajos de campo nos permitieron comenzar a pensar en la historia arqueológica del lugar. El trabajo de gabinete se orientó a comparar las propiedades científicas del registro arqueológico, para entender las características del sitio y la composición de los depósitos (39). Los hallazgos arqueológicos fueron clasificados por materias primas (botánicos, cerámicos, de construcción, líticos, metálicos, óseos faunísticos y entomológicos, vítreos). El registro botánico fue en su mayoría carbones que nos muestran la presencia de especies autóctonas y exóticas (40), pudiendo conocer aspectos particulares del manejo del paisaje, recursos combustibles, dieta e interacciones comerciales. En este sentido los manejos del recurso fueron distintos. En el fondo de la casa de la familia Garrigós (Reconquista 178) se recolectaron carbones producto de la combustión de maderas como algarrobo (Prosopis), brea (Circidium), chañar (Geoffrea), duraznero (Prunus), laurel de río (Nectandra), palo amarillo (Terminalia) y una conífera (gimnosperma). Las tasaciones señalan la presencia de madera de palma en la construcción de la casa, y una huerta con árbol de naranjas (hacia 1836) en el patio del fondo. También, hacia 1871 se certifica el uso de maderas de cedro para puertas y escalera y lapacho, quebracho y pino para tirantes. Mientras que en el pozo perteneciente a la cocina del Hotel de la Paix, se encontraron restos de: alcornoque, calabaza, café, ciruela, durazno, melón, y maderas de algarrobo, laurel, y palo amarillo. A partir de la identificación del carbón, es posible percibir cambios en el abastecimiento de leña entre principios y fines del siglo XIX, coherentes con el contexto histórico presentado por diferentes autores (41). En relación a este tema, los resultados del análisis antracológico presentan durazneros en baja frecuencia (7%); las mayores frecuencias en este sitio, están dadas por Nectandra y Terminalia, taxones que crecen en el Delta y las selvas marginales en galería sobre el río Paraná. Estas maderas si bien no son de excelente calidad como combustible, abundan en las zonas ribereñas lo cual debió facilitar el acceso a ellas y su transporte río abajo. En relación al material correspondiente al hotel de fines del siglo XIX, llama la atención la alta frecuencia de Prosopis (entre el 63 y 86 %) que abarca varias especies arbóreas como P. alba y P. nigra (algarrobo blanco y algarrobo negro). Estas especies presentes en Buenos Aires, abundan en el Parque Chaqueño y Monte Occidental.
El registro cerámico fue el más variado y numeroso (n=1560). Comporta la mayor complejidad, debido a que en él confluyen las tecnologías nativas y exóticas que se fueron adicionando al sitio a lo largo del teimpo (42). Lo importante es destacar la proporción de elementos cerámicos indígenas por sobre los españoles, lo que muestra un contexto temprano y con dominio nativo de la tecnología. Se trata de cerámica realizada sin torno de alfarero, con decoración mayoritariamente incisa, pero también pintada. Sus formas son de vasijas y escudillas abiertas. Esta cerámica denomonada Buenos Aires evertido, se encontró asociada a la cerámica de producción local con formas y técnicas españolas, denominada vajilla de los colonos (“Colono ware”). Dentro de este grupo ubicamos a las cerámicas Monocromo Rojo de raíz guaranítica (43). Por su parte se registró la presencia de cerámica de las regiones coloniales como: el tipo Carrascal, producida entre 1650-1800 en Mendoza bautizada con ese nombre por la estancia de los padres agustinos; la cerámica criolla o utilitaria local, producida entre 1780 – 1900 para la producción de sartenes, ollas, jarras y bacines. Otra de las cerámicas componentes de esta clasificación es la producida por grupos subalternos como los esclavos de origen africano. En el sitio se encontraron fragmentos de dos pipas, un candelero y una “taza o vaso” identificadas con esta clase cerámica.
La cerámica para transporte tuvo una alta representación en el registro, especialmente la que corresponde a botijas de aceite españolas. Fueron el contenedor universal del mundo colonial y de parte del mediterráneo. Fue usado para transportar aceite de oliva, pescados en salmuera, vinagre, vino, tintes, pinturas, etc. Otro grupo integrado a esta categoría es la cerámica realizada para contener o almacenar productos, generalmente agua. Llas tinajas o pipas era casi todo lo que poseían los habitantes pobres, y entre los ricos cumplían funciones domésticas en la cocina o en los patios. Su uso más común fue el de transporte de vino desde Mendoza y San Juan. Eran contenedores de mercaderías para todo el territorio, en Buenos Aires es común hallar materiales producidos en Misiones o Tucumán. Realizadas originalmente en Cuyo por los Agustinos en el siglo XVI, al llegar a la ciudad pasaban a tener otra función: contener el líquido que traían los aguateros desde el Río.
Otro grupo registrado es la cerámica doméstica importada. Comprende formas usadas en la cocina, la mesa y necesidades sanitarias. Formas como platos, tazas, tapas, hidroceramios, lebrillos, bacines, escudillas, producidas en Centroamérica, Europa y Asia. Este grupo de producción en talleres artesanales se utilizó hasta el dominio de la fabricación industrial. Durante el periodo colonial arribaron desde Europa, mayólicas y cerámicas españolas, francesas e inglesas; y desde Asia algunas porcelanas chinas. A partir de la segunda mitad del siglo XVIII se introdujo la mercadería producida en Inglaterra (lozas crema, perlada y blanca). Hacia fines del siglo XIX arribaron productos fabricados en loza piedra o gres, y porcelanas europeas francesas e inglesas. En la excavación se registró la presencia de cerámica importada de Centroamérica, de la clase utilitaria con vidriado, denominada “El Morro”, de uso corriente entre 1650 – 1820. En cuanto a la cerámica artesanal europea, se destacan la Verde sobre amarillo de pasta roja, producida entre 1700 y 1800 e integrante de los utensilios de la cocina popular española -platos y lebrillos grandes, la Verde sobre amarillo de pasta blanca, producida entre 1650 y 1780; lebrillos españoles producidos entre 1490-1600; las cerámicas inglesas como el tipo Shrepshire (1730-1900); la micacea naranja (1550-1650), los hidroceramios (1700-1820), la cerámica Rey -platos, soperas y lebrillos (1725 – 1825), y las mayólicas españolas que comportan el grupo más importante (n= 261). Las mayólicas españolas fueron la vajilla doméstica principal de la época colonial hasta su reemplazo hacia 1750-60 por la vajilla inglesa. Los talleres andaluces de tradición morisca son los primeros en producir para exportar a América. En el sitio se encontraron variedades de Sevilla azul sobre azul 1550-1640, de Yayal azul sobre blanco 1400-1550 y de Santo Domingo azul sobre blanco 1550-1630. Otro de los centros de producción españoles fue Talavera de la Reina, que produjo Ichtuknee azul sobre blanco 1600-1650, Talavera policromo siglo XVIII, variedades encontradas en la excavación. Hacia la segunda mitad del siglo XVIII arriba cerámica española producida en Alcora, Valencia, entre 1730 y 1850. Las formas predominantes encontradas son la escudilla de boca de 12 centímetros de diámetro, tazas y pocillo de 10 centímetros de diámetro, un albarello, una tapa, y platos de 10 centímetros de diámetro, con una variación entre los 4 y-24 centímetros de diámetro.
Las lozas (n= 113) son un conjunto de vajilla europea proveniente de Inglaterra, como la loza crema (“Creamware” 1720-1820); y la loza perlada (“Pearlware” 1750 y 1850). Es la típica cerámica de la revolución industrial. Representa un cambio en las costumbres domésticas coloniales, -reuniones sociales para tomar el Té, presente en las conocidas tertulias porteñas de la época de la revolución de mayo. En el sitio fue hallada poca cantidad, sobre todo loza crema – bacinicas, tazas, tetera, pote, jarrón, y platos. La loza piedra o gres encontrada, se compone en su mayoría de botellas de agua mineral producidas entre 1806-y 1866 en el Ducado de Nassau, cerca de la actual ciudad de Wiesbaden en Alemania. Se trata de envases de gran dureza, con sellado de dos marcas (Apollinaris y Herzogthum Nassau) (Pozo 1). En Reconquista 178 se encontró un botellón Powell Bristol Año 1849. La porcelana hallada proviene de Asia y de Europa. A partir de fin de siglo XVI con la anexión de las Islas Filipinas por parte de la corona española, se comienza a dar una importante circulación de porcelana oriental. Este es el caso de la porcelana con pintura superficial, que comenzó a realizarse en el Japón y fue copiada por los artesanos chinos. Se la conoce como porcelana Imari u Old Imari (1660-1753). Se la reconoce por la pintura externa aplicada post cocción en colores rojos, dorados y verdes. En el sitio se encontró un fragmento de esta clase de porcelana junto a dos fragmentos de porcelana china. La porcelana europea corresponde a platitos y tazas y un émbolo de jeringa. La encontrada en el pozo del Hotel de la Paix comprende: tazas y platos chicos, medianos, grandes, soperos, decorativos, jarritas lecheras, con inscripciones identificatorias del Hotel y con marcas de origen: Ch. Pillivuyt & Cie. Paris. Exp 1867 Medaille D´Or.; John Rose & Co. English Porcelain, Coalport (44).
Por su parte se registró una variedad interesante de material de construcción (rocas, ladrillos, adobe, teja, baldosas cerámicas, azulejos, revoques pintados), destacándose los contextos de la casa Millán,-asiento de muros con ladrillos partidos unidos con humus y el entierro de un techo de tejas colapsado. El caso de las tejas presentó una alta frecuencia (1244 elementos). En cuanto a los materiales líticos, se recolectaron 134 muestras correspondientes a rocas sedimentarias (arenisca conglomerádica fina y cuarzosa, metarenita, fangolita, arenisca cuarzosa), rocas volcánicas (cuarzo, calcedonia, granito rosado, gabro hornblendífero, sílice variedad criptocrstalino y amorfo, granodiorita ácida), y rocas metamórficas (esquisto miáceo, milonita cuarzosa o tectonita). Se distinguieron materiales de construcción como fragmentos de escalones de mármol o baldosas, de otros artefactos. A su vez se estudiaron elementos relacionados a tecnologías nativas. Se trata de un conjunto de artefactos líticos con rasgos directos de transformación, como 2 sílices criptocristalinos nucleiformes (formas utilizadas para la extracción de lascas) y 2 lascas con negativos en sus caras, que indican la realización de tareas de manufactura y uso de un instrumento similar a un raspador o artefacto utilizado para el procesamiento de cueros u otras materias primas duras que requieren un filo corto y resistente. Son materiales no locales, que podrían provenir del centro sur de la Provincia de Buenos Aires (Tandilia y Ventania), o bien del basamento de Martín García y Uruguay. También cabe la posibilidad de que los instrumentos hayan sido fabricados a partir de la utilización de cantos rodados del cauce del Río Uruguay (a la latitud de Concordia o más al norte). A su vez, se registró un grupo de rocas ígneas expuestas a fuego directo, posiblemente delimitando un fogón. Se trata de un gabro hornblendiano, un canto rodado de granodiorita ácida y un esquisto micáceo (cuyas fuentes podrían haber sido la Isla de Martín García, el basamento cristalino del Uruguay, Tandilia, San Luis o Córdoba).
También se registraron materiales metálicos (45). Entre los elementos se destacan los materiales correspondientes a la demolición de la casa Millan y la construcción y equipamiento del Banco Español. Entre los hallazgos se cuentan una manija con anillo para puerta, una bisagra colonial, varias escarpias y fallevas, láminas correspondientes a zunchos de barriles, chapas y fragmentos de conductos de desagüe pluvial de zinc, fragmentos de varillas, alambres, cables, piso ducto, tornillos y tuercas, una rejilla de patio, una olla, una hebilla, dos monedas de fines del siglo XX, un dedal, varios alfileres, una jarra enlozada, un cascabel, una manija de balde, una tapa de alhajero, piezas de reloj, y restos de escoria. En el pozo 1 se recolectaron 9 elementos indeterminados, en el pozo 2 una hoja de cuchillo, en el pozo 3, un tenedor, una cuchara, los restos de un cuchillo para untar manteca, 4 metros de cañería de aleación de cobre, un filtro chupador y el cuerpo principal de una bomba hidráulica. Este último artefacto es uno de los exponentes más antiguos de la tecnología del agua de la época de la energía a vapor. Probablemente adquirida por recomendación de los Canale para el equipamiento del Hotel de la Paix.
También se registraron materiales entomológicos, estudiados por el Dr. Axel Bachmann. Proceden del interior de una botella cerrada con líquido. Se identificó la presencia de escleritos sueltos o piezas del exoesqueleto de cucarachas del género Periplaneta (orden Dyctyoptera, familia Blattidae), las llamadas cucarachas coloradas o voladoras, habitantes habituales de construcciones humanas exclusivas de ciudades, que se alimentan de bacterias presentes en desagues cloacales, basuras domiciliarias e industrias de la alimentación, requiriendo humedad relativa alta y lugares oscuros. La especie de cucaracha domiciliaria más frecuente en Buenos Aires en el siglo XIX y la primera parte del siglo XX parece haber sido de la misma familia Blattidae, pero otra, la cucaracha negra (Blatta orientalis). Se distribuye en latitudes más altas, templadas y templado fías, de todo el mundo, y el factor que podría haberla desplazado del centro porteño en la segunda mitad del siglo XX parece haber sido la competencia con especies más termófilas, competencia favorecida por la temperatura más alta de las viviendas modernas, mejor aisladas y provistas de calefacción más eficiente.
El análisis de materiales arqueofaunísticos destaca el número de individuos jóvenes o sub-adultos ingresados al registro. Desde el punto de vista del consumo esto significa la preferencia por carnes ricas en grasas aunque con un menor rendimiento de contenido carneo. Este patrón es aplicable especialmente a Ovis sp (cabra u oveja) extendible a otros taxones como Bos taurus (vaca). Los restos de ave recuperados, sugieren una notable inclusión de especies silvestres como en el caso de las aves: perdices, patos y palomas (Perdix sp, Anas sp, y Columba sp), que son acompañadas de peces (silúridos como el bagre amarillo), y Dasipodios (como la mulita). La representación de partes esqueletales muestran una preponderancia del esqueleto apendicular -extremidades para Bos y Ovis. La existencia de una gran frecuencia de elementos correspondientes a la unidad anatómica «costillas» es significativa, especialmente en el género Ovis en donde se sugiere un consumo recurrente de esta parte. En menor medida, encontramos además otros restos del esqueleto axial como los fragmentos de cráneo y costillas. La presencia de estos elementos del esqueleto axial sugiere la posibilidad de que muchos animales entraran sin ser procesados en partes más pequeñas.
El sitio Obra Nueva Banco Galicia, presentó todas las formas de vidrio disponibles en la ciudad a partir de medidos de siglo XVIII. La mayoría de los 1289 elementos registrados en Reconquista 178 corresponde a envases, con la presencia de algunos fragmentos de vidrios planos para ventanas, espejos o heladeras modernas. Se destaca la presencia de elementos pertenecientes a la farmacia de Murray y Seedorff como: un tintero, un medidor de volumen, una ampolla, un tubito, una copa, y varias botellas medicinales con diversas inscripciones como: Murray y Seedorff FARMACIA INGLESA BUENOS AYRES, Mc Kesson & Rubsins, EE CRANWELL 95 VICTORIA BUENOS ATRES, ATKINSON LONDON. Otros fragmentos identificados fueron de vidrio negro (verde oliva) pertenecientes a botellas cilíndricas inglesas utilizadas para el transporte, añejamiento y servicio de bebidas alcohólicas y otros productos correspondientes a la segunda mitad del siglo XVIII hasta principios del siglo XIX. Además, se dio con elementos pertenecientes a botellas del tipo cuadradas de ginebra, que se caracterizan por su forma troncopiramidal, de paredes planas. También se encontraron objetos procedentes de la Real Fábrica de Cristales de San Ildefonso, que se ubicaba en Segovia con el nombre de La Granja. Se trata de fragmentos de vasos y de un botellón de mesa de vidrio, con decoración grabada a la rueda. En el siglo XVIII, tras varios intentos de establecer una fábrica de vidrios, se crean las Reales Fábricas. Esta iniciativa coincide con la modernización económica emprendida por los Borbones. La razón que los motivó a emprender programas artísticos de esta naturaleza, se debió a la necesidad de configurar la imagen del soberano a través de su corte. Se dejó de lado la imagen vernácula para dar lugar a una imagen universal, académica y de buen gusto. La producción continúa hasta la invasión de los Bonaparte a España, en que la fábrica se desmantela. Por su parte en el sector norte de la excavación dentro de los pozos 1 y 3, se dio con vidrios correspondientes a 248 fragmentos y formas enteras de botellas cilíndricas de vidrio negro inglesas y de vidrio verde claro, copas grandes medianas y chicas, un tintero, frascos medicinales, vidrios de cerramiento, botellas cuadradas, frascos medicinales, vasos, y recipientes. En el Pozo 3, los fragmentos de botellas representan un 35 % y los fragmentos de copas representan un 60 % de la muestra de vidrios de esa estructura. Mientras que en el Pozo 1 las botellas representan un 51 % y las copas un 14 % de los fragmentos de vidrio.
4. Discusión y conclusiones
Los conjuntos artefactuales encontrados registran el desarrollo de actividades variadas en el sitio dentro del espectro de vida urbana que comienza en el siglo XVI. Este registro permite introducirnos en el estudio del proceso inicial de las formas de vida urbana en Buenos Aires. Existen muy pocos sitios históricos urbanos en Argentina que presenten una proporción tan grande de cerámica indígena con respecto a tecnologías importadas. Al igual que en la ciudad de Santa Fé La Vieja (1573), existió una marcada convivencia de españoles e indígenas, el sitio estudiado presenta evidencias de la vajilla de los colonos, una cerámica doméstica utilitaria que fuera realizada por artesanos indígenas imitando formas españolas. Esta hipótesis se afirma con la buena representación de cerámica española. La porcelana presente en el sitio también indica la presencia de grupos con estatus y acceso diferencial a los bienes de un mercado global que recién se iniciaba. En cuanto a los momentos intermedios, entre mediados de siglo XVIII y mediados de siglo XIX, el sitio presenta pocos artefactos muebles de uso cotidiano, aún cuando se destaca una pequeña muestra de loza crema y algo de loza perlada, gres y vidrio. Pero respecto a los momentos finales hay una buena muestra material tanto en el sector de la vivienda como en el sector del hotel. La farmacia de Murray y Seedorff, que convivió con el lugar de trabajo de veterinarios y los pesebres de los rematadores de ganado en pié de Funes y Lagos implicó un uso del espacio de características especializadas que a su vez permitió preservar el registro arqueológico más antiguo. El asiento oficial de Funes y Lagos fue en el número 154 de la calle San Martín, terreno que se conectó con el estudiado a través de una puerta de fondo. De esta forma sobre San Martín se ubicaba el hall de exposición y venta y en los fondos (terreno estudiado) se ubicaba el área de servicios (veterinaria y pesebres). De esta forma la casa de Reconquista 154-158 (hoy 178) fue un núcleo que concentró actividades comerciales y profesionales (farmacia y veterinaria); un sitio de encuentro de europeos en Buenos Aires que se dedicaron al comercio, pero fundamentalmente al intercambio de experiencias relacionadas a la química, la farmacéutica, la veterinaria, y la compra-venta de ganado (46). Este predio se inserta en un espacio de sociabilidad que se fue transformando. Pasaron por allí cultura material indígena, costumbres coloniales, organización de tertulias de familias prestigiosas, necesidades de nuevos inmigrantes europeos aplicadas a la vivienda y el trabajo, hasta la consolidación del sistema bancario y financiero argentino en esta parte de la ciudad.
¿Cuál es entonces el modo de vida occidental en este registro? ¿Cómo se dio la constitución local del ser occidental? Esta pregunta se expresa como problema del registro material docuemntal y artefactual.
Visto en contexto, la esquina de la ciudad fue reemplazando los productos locales por los productos traídos de la Europa occidental, de forma cada vez más pronunciada y de impacto en escala cada vez mayor. Esto lo podemos ver en las construcciones del centro de la ciudad, en el cambio del dominio en el perfil urbano divisado por los viajeros náuticos. El dominio religioso del cielo de la ciudad será reemplazado por el dominio civil y comercial que conocemos hoy en día. Esta aproximación también vale para entender la conformación de los ajuares y de la vida doméstica. Cabe entonces preguntarnos ¿Quién y cómo organizaba las necesidades cotidianas?
Uno de los nuevos protagonistas del viejo barrio recio, se convierte en el centro del desarrollo edilicio. El proyecto de Jorge Atucha corona la vida social de la ciudad con la construcción del “Hotel de la Paix” en la esquina de Perón y Reconquista. Este edificio de dos plantas y torre mirador, funcionó como el primer hito urbano civil no dependiente del estado. Luego el Banco Español lo destruiría para unificar las tres secciones de la propiedad en un gran predio y palacio comercial.
En definitiva los resultados alcanzados permiten realizar una serie de consideraciones sobre los dos sectores trabajados.
Sector Sur. La parte trasera del sitio representa un contexto de depositación temprano (siglos XVI-XVIII). El conjunto artefactual encontrado muestra restos de una estructura habitacional asociada a áreas de actividad doméstica. Este es un depósito de alto contenido orgánico, que fue preservado en el tiempo como una trampa de materiales arqueológicos en el centro de la vieja Buenos Aires. Las obras de infraestructura domiciliaria, en particular, la zanja del servicio de desagüe de 1893 removió (47) los depósitos tempranos, accionando distribuciones de estos mismos en forma de lentes de matriz oscura. La casa de mediados de siglo XIX fue utilizada hasta el principio de siglo XX. Se conservaron de ella diversas estructuras, como la cisterna de un aljibe, un piletón, y varios cimientos de muros de diferente tecnología y datación. Esta diferente datación comprendió el cambio de su disposición y uso. La construcción del Banco Español y posteriores acondicionamientos intervinieron sobre terrenos arqueológicos afectando su preservación.
Sector Norte. Debajo de los niveles de sótanos del Banco español, se preservaron tres estructuras de diferente origen. Se trata de tres pozos que tienen una potencia similar, y fueron fechados según su relleno, respectivamente hacia 1860, 1830 y 1880. A través de lo preservado se registra el crecimiento en intensidad de la vida urbana. La vivienda familiar de inicios de siglo XIX (Pozo 2), es demolida y reemplazada hacia 1860 por un hito urbano de Buenos Aires: el Hotel de la Paix (Pozo 3), junto al cual se encontró la Confitería Anglo Belga (Pozo 1). Las obras del Banco Español en 1903, demolieron el edificio del Hotel, destruyendo también los 6 primeros metros de potencia de estas estructuras al construir cimientos, sótanos y tesoro.
Los cambios en la forma de la vida porteña se evidencian en la muestra arqueológica. La tendencia es a la densificación y la complejización tecnológica de la vida urbana. El accionar de los pobladores fue transformando los elementos locales impulsando usos, costumbres y consumos cada vez más europeos. En suma, desde la fundación de la ciudad, las esquinas de las actuales Reconquista y Teniente General Perón se fueron conformando en un importante centro de sociabilidad de familias porteñas. De esta manera esta esquina de la ciudad se extendió en un proyecto de utilización constante y progresiva intensidad del espacio. En este trabajo podemos observar cómo se opera esta dinámica en las evidencias escritas de los legados testamentarios, en los aspectos y usos de las edificaciones tasadas para la distribución de las herencias, en la constitución y práctica culinaria del “lujo rural” del Hotel de la Paix, en el traspaso de alhajas y joyas familiares, en la unión de intereses de parentesco que se diluyen en la posesión de las corporaciones del siglo XX que “engloban” parcelas, en la importancia de la ganadería (comercio y veterinaria), en la continuidad y el crecimiento de la práctica farmacéutica e higiénica, y en los productos que atestiguan formas de vida cercanas al consumo y a posiciones sociales acomodadas.
5. Agradecimientos
Quiero agradecer el inestimable apoyo del Banco de Galicia por su interés en descubrir el pasado arqueológico de Buenos Aires. Con especial atención agradezco al Contador Omar Hugo Tittarelli, Ing. Eduardo Abad, Ing. Ricardo Roy, Ing. Jorge Fascetti, Ing. Santos Messina, y Arq. Roberto Suárez. A su vez, agradezco el apoyo de la dirección de obra, Arq. Mario Roberto Alvarez hijo, y Arq. Héctor Taboada. A la dirección de las empresas contratistas, Arq. Mónica Mancini de Vacca Construcciones; y Jefe de Obras Ricardo Brantua de Dycasa. Quiero agradecer a la Dra. Amalia Sanguinetti de Bórmida por su apoyo e interés. Agradezco también la colaboración y asesoramiento técnico del Dr. Cristian Favier Dubois y los licenciados Alejandro Acosta, María Ximena Senatore, Andrés Zarankin, María Isabel González, Bernarda Marconetto, y Patricia Solá. Al Ing. Tulio Palacios de la CONEA, al conservador Alberto Orsetti del Área de Restauración y Conservación de la Casa de la Cultura del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, al Dr. Pastor Arenas del Instituto Darwinion, a la Dra. Alicia Pomilio y al Dr. Rubén Vitale del Departamento de Química Orgánica, y al Dr. Axel Bachmann del departamento de Entomología de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires, al Sr. Adrián Giacchino de la Fundación de Historia Natural Félix de Azara, Universidad Maimónides. Agradezco también al equipo de trabajo: Arq. Jorge Pablo Willemsen, M.M.O. Ricardo Poggio, Arq. Paula Moreno, y los estudiantes Romina Rigone, Mariana Gómez, Sandra Guillermo, Horacio Paradela, Marcelo Cardillo, Carolina Azcune, Marcia Bianchi Villelli, Marcelo Morales, Marcelo Cardillo, y Silvana Di Lorenzo. También a mis familiares Patrick Weissel y Cynthia Vietto por su ayuda.
Referencias
(1) El afirmado de madera hallado a 80 centímetros de profundidad en la calle Balcarce 50 es un ejemplo. Comunicación personal Arq. Elbio Ledesma. Inspección obra Plaza Colón 17 de noviembre de 2006.
(2) MARINA STROGANOVA Y TATIANA PROKOFIEVA, Clasificación de suelos urbanos para ciudades rusas de la zona del Taiga. European Soil Bureau – Research Report 7, 2005, pp.153 a 156.
(3) DANIEL SCHÁVELZON. Arqueología de Buenos Aires, Buenos Aires, Emecé, 1999. MARCELO WEISSEL. Puerto al fin. Informe de las tareas realizadas en el barrio de La Boca del Riachuelo. Enero – Julio 1999, en: “Actas III Congreso Argentino de Americanistas”, Buenos Aires, 1999, pp. 427 a 458. ZARANKIN, A., M.X. SENATORE, S. GUILLERMO, L. CASANUEVA, M. TANCREDI, Y M. L. FUNES, Arqueología de la ciudad de Buenos Aires. Informe de los trabajos realizados en el proyecto “Casa Mínima”, barrio de San Telmo. En: “Palimpsesto Revista de Arqueología» Nº 5, 1996-1998, pp. 189 a 201.
(4) La discusión sobre el dominio del perfil urbano – skyline surgió en enriquecedoras conversaciones con el Arq. Pablo Willemsen y la Arq. Laura Feinsilber.
(5) ANTONIO ARANTES. O espaco da diferenca. Papirus, Campinas, 2000. WALTER MIGNOLO. Capitalismo y geopolítica del conocimiento, Ediciones del Signo, Buenos Aires, 2001. ROMERO, JOSÉ LUIS Y LUIS ALBERTO ROMERO, (Comp.) Buenos Aires, historia de cuatro siglos, tomos I/II, Editorial Abril, Buenos Aires, 1983.
(6) ARND SCHNEIDER. Inmigrantes europeos y de otros orígenes, en “Homogeneidad y Nación con un estudio de caso: Argentina, siglos XIX y XX”, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Madrid, 2000, pp. 141 a 178.
(7) CELIA GUEVARA comunicación personal, Buenos Aires, noviembre 1999.
(8) JORGE MYERS. Una revolución en las costumbres: las nuevas formas de sociabilidad de la elite porteña, 1800-1860, en: “Historia de la vida privada en la Argentina” (Fernado Devoto y Marta Madero comps.), Aguilar Taurus, Buenos Aires, 1999, pp. 110 a 145. ALEJANDRA IRIGOIN. Negocios y política en Buenos Aires en la década de 1850, en “Jornadas Internacionales La política en la Argentina del siglo XIX”. FF y L, UBA, 2001, Ms.
(9) CLAUDIA BRIONES. La alteridad del cuarto mundo. Una deconstrucción antropológica de la diferencia. Ediciones del Sol, Buenos Aires, 1998. ELIZABETH JELIN. Pan y afectos. La transformación de las familias. Fondo de Cultura Económica, Buenos Aires, 1998. JACQUELINE ROSSIGNOL Y LUANN WANDSNIDER (Eds.). A Landscape Approach. Space, Time and Archaeological Landscapes. Plenum Press, Nueva York, 1992.
(10) Quien recibe encomienda de indios Otrosi dijo, que ponía en cabeza de Estevan Alegre al cacique Suguna, de nación Alacas, con todos los indios sugetos al dicho cacique MUNICIPALIDAD DE LA CAPITAL FEDERAL Garay, Fundador de Buenos Aires. 1580 – 1915. Documentos referentes a las fundaciones de Santa Fe y Buenos Aires. Enrique Ruiz Guiñazú (comp.), Buenos Aires, 1915. Esteban Alegre, (Alegre: Plesier), criollo americano, fue nieto de Luis Alegre, flamenco que vino en “La Marañona” en 1538, y quien asistiera a la elección de Irala en 1549; también estuvo en el Guayrá, y cuando se encontraron las piedras que creían preciosas, las trajo a Asunción para examinarlas. Dejó un hijo llamado del mismo nombre anotado en el plano de Buenos Aires de 1594. HIALMAR EDMUNDO GAMMALSON Los pobladores de Buenos Aires y su descendencia. Secretaría de Cultura Municipalidad de la ciudad de Buenos Aires, 1980, pp. 65. RICARDO LAFUENTE MACHAIN, R. Conquistadores del Río de la Plata. Buenos Aires, 1937, pp. 14. RAÚL, A. MOLINA, Diccionario Biográfico de Buenos Aires. 1580-1720. Academia Nacional de la Historia, 2000, pp. 40.
(11) Barrio recio, por su desperdigado caserío, refugio de delincuentes y asiento de animales, cuyos detritus en el barro dejaban ese color en las suelas de las botas de quien lo transitase, JUAN JOSÉ CRESTO, El barrio de San Nicolás. Breve historia del centro de Buenos Aires. Fundación Bank Boston 24, 1999. OCTAVIO C. BATTOLLA, Los primeros ingleses en Buenos Aires. 1780-1830. Editorial Muro, Buenos Aires, 1928; y La sociedad de antaño, Emecé, Buenos Aires, 1908 / 2000.
(12) CELIA GUEVARA. Poder, ideología y situación urbana, en: “XVI Jornadas de Historia. Instituto Histórico de la Ciudad de Buenos Aires”. 1999, Ms. MARCELO WEISSEL, DOLORES ELKIN, AAMARU ARGÜESO, VIRGINA DELLINO Hallazgos Arqueológicos en Puerto Madero. Dique 3, Obra South Convention Center. INAPL-IHCBA. 1998, Ms.
(13) MARCELO WEISSEL, ANDRÉS ZARANKIN, HORACIO PARADELA, MARCELO CARDILLO, MARCIA BIANCHI VILLELLI, MARCELO MORALES, SANDRA GUILLERMO, MARINA GÓMEZ Arqueología de rescate en el Banco Central de la República Argentina. Comisión para la Preservación del Patrimonio Histórico Cultural de la Ciudad de Buenos Aires – CONICET FFyL UBA, 2000.
(14) AGN – Protocolos Registro Nro. 4 Año 1826, AGN Sucesiones 7398.
(15) Casa de altos, bajos y un cuarto, valuada en 76.673 pesos cuatro reales y tres cuartos, arrendada a una mensualidad de 565 pesos.
(16) AGN – 7501, año de 1871.
(17) Hacia 1870 la propiedad tenía 20 habitaciones con altos en material, 3 habitaciones en madera, 3 ventanas con reja y 3 balcones, con vereda en piedra, alumbrado a gas y serenos de la guardia de infantería.
(18) El dato consta en la liquidación de haberes e ingresos de la cuenta particionaria de la sucesión de Paula Perez Millán. La farmacia continua funcionando, anunciando en la Guía Comercial de la Ciudad: Antigua Farmacia Cranwell establecida en 1828 de Murray & Seedorff Químicos Farmacéuticos 84 Calle de la Reconquista. EDITORIAL GUILLERMO KRAFT LTDA. Guía Comercial de la Ciudad de Buenos Aires. Año 1885, pp. 199.
(19) JOSÉ LUIS AMORÍN Los precursores de la farmacobotánica argentina. Editorial Hector A. Macchi, Buenos Aires, 1996. SOCIEDAD RURAL ARGENTINA, 1996. Anales Años 1890 – 1998. Buenos Aires. Diccionario Enciclopédico de las Américas. 1947 Editorial Futuro S.R.L. Buenos Aires. PICCIRILLI, R. ROMAY, F. L. Y GIANNELLO, L. Diccionario Histórico Argentino, Ediciones Históricas Argentinas, Buenos Aires, 1954. Vicente O. CÚTOLO Nuevo Diccionario Argentino (1750-1930). Editorial Elche, Buenos Aires, 1968, pp. 263.
(20) En su vida se destacan otros aspectos: en 1873 es subinspector de farmacias. Fabricó pomos para carnaval, municiones para caza, y tintas, barnices y pinturas. Posteriormente, entre 1880 y 1886 fue presidente del Consejo Deliberante, e intendente interino hasta 1889.
(21) Llega al Plata a los 11 años de edad. Se recibe de farmacéutico en la Universidad de Buenos Aires en 1852 y en 1874 funda la cátedra de farmacología. Se destacó en la lucha contra una epidemia de cólera y la de fiebre amarilla en 1871. Autor de escritos sobre higiene y ciencia como Pozos Artesianos (1861), Apuntes para la historia de la Farmacia Argentina (1865) y otro trabajo sobre el ingreso de la fiebre amarilla (1870). Impulsor de la Asociación Farmacéutica Bonaerense (1856), de la Sociedad de Farmacia Nacional Argentina (1861), fundador de la Escuela de Farmacia y de la Revista Farmacéutica (1858), Secretario de la Sociedad Paleontológica en 1866, miembro de la Sociedad Científica Argentina. Miembro de la Sociedad Química de París y de las Sociedades de Farmacia de Amberes, Filadelfia, Lisboa, Bruselas, Madrid, Aragón, Valencia, San Petersburgo, Viena, Burdeos, Turín, Santiago de Chile. Su discípulo Don Juan Aikens concluye su obra cumbre: Tratado de Farmacia y Farmacognosia. La Sociedad de Farmacéuticos estableció un premio anual con su nombre.
(22) Con domicilio principal en la calle San Martín 153, según plano de Obras de Salubridad.
(23) ANALES SRA 1890-1898. Podemos imaginarnos la atmósfera de los remates con el relato de Llanes (op cit:190) sobre el Jardín Florida (al 200) con salida a San Martín, funcionó el patio, pasaje o tattersall de Adolfo Bullrich, registrado en 1878 de la siguiente manera:… se reunían miles de personas que seguían las importantes posturas con puntas de estocadas a fondo, esgrimidas por los interesados en la compra de carneros Negrette puros, animales de sangre pura de carrera, yuntas para carruajes, Bambouillets imperiales, mestizos Lincoln, toros raza Durham, ovejas, borregones y otros llegados del extranjero directamente al Patio de Bullrich.
(24) Maestro Impresor y Administrador de la imprenta de Niños Expósitos entre 1796 y 1806 (AGN, CATÁLOGO DE NOMBRES ÍNDICE GENERAL; RICARDO LLANES, Historia de la calle Florida. Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires, 1976, pp. 190.
(25) según la escritura que le otorgó Don Joaquín Suarez, tutor y curador el 25 de septiembre de 1824, por auto del Escribano Don Francisco Castellote (AGN 6076). Es probable que los Álvarez se relacionen con José Álvarez, padre de Mariano Álvarez, Guardacuños de la Casa de Moneda de Potosí en el año 1793; o bien con Mariano Álvarez, soldado del Regimiento de Infantería de Buenos Aires.
(26) Octavio es recordado como vicepresidente de la Municipalidad, jurisconsulto, financista, y presidente de la Cámara de Diputados entre 1870 y 1873 (Diccionario Enciclopédico de las Américas op cit, pp. 294, JULIO A. MUZZIO, Diccionario Histórico y Biográfico de la República Argentina. Buenos Aires, 1920, pp. 200. Octavio Garrigós trasciende como el autor de la obra El Banco de la Provincia, memoria sobre la creación y leyes de ese establecimiento donde fue miembro del Directorio.
(27) ZELMIRA GARRIGÓS. Memorias de mi lejana Infancia. El barrio de la Merced. Buenos Aires, 1964.
(28) Según ARTURO B. CARRANZA, La Cuestión Capital de la República. 1826-1887. Buenos Aires, Talleres Gráficos Argentinos L. J. Rosso, 1928, pp. 711 y PICCIRILLI ET AL (op cit, pp. 367). Su destino original era Arequipa, Perú, donde tenían parientes en buena posición, …. pero como el barco que lo llevaba naufragó en las costas argentinas, pudo salvarse gracias a sus condiciones eximias de nadador, y habiendo perdido el capital con que contara para radicarse en Perú, tuvo que quedarse en esta en donde prosperó dejando una buena fortuna.
(29) ROY HORA. Terratenientes de la pampa argentina. Una historia social y política 1860 – 1945. Siglo XXI, Buenos Aires, 2002.
(30) Según CUTOLO (op cit, pp. 263)
(31) MANUEL MUJICA LÁINEZ. Vida de Aniceto el gallo (Hilario Ascasubi). Emecé, Buenos Aires, 1943, pp. 182.
(32) BUENOS AIRES NOS CUENTA 1986, pp. 45.
(33) LA NACIÓN 7 de Julio de 1872.
(34) AGN – 3641, año 1872.
(35) En septiembre de 1886 el tutor de la administración de los bienes del menor Jorge Atucha presenta su cuenta, donde constan las entradas y salidas por el alquiler y mantenimiento del Hotel de La Paz desde el 1 de Diciembre de 1877 hasta el 30 de Septiembre de 1886. Entre las salidas están las contribuciones directas en trabajos de carpintería, trabajos de albañilería y vidrios para el techo, adoquinado del frente, composturas varias, rejilla de ventilación, seguro del hotel, limpieza de los sumideros, compostura de techos, composturas en las letrinas, desagote de sumideros, vereda, conexión de cañerías.
(36) TODO ES HISTORIA. Nº 220. Año XVIII Agosto, 1985, pps. 27 a 28.
(37) ALBERTO DE PAULA. Los arquitectos Nicolás y José Canale y el neorrenacimeinto italiano en el Río de la Plata. Crítica Nro. 86. 1998. IAAeIE, FADU, UBA. Edifican el Grand Hotel en 1869. De volumen prismático se compuso de planta baja, trabajada como basamento rústico y con un fuerte ritmo de puertas con arcos de medio punto, y dos plantas superiores enlazadas con un orden monumental de pilastras jónicas que sobre ambas calles, jerarquizaron el tramo central de cada fachada; sobre la azotea emergía una torre de dos pisos, trabajada con orden rústico en sus ángulos y con dos columnas corintias monumentales al centro de cada una de sus caras; sobre esta torre había una terraza desde la cual se divisaba un panorama muy amplio y en cuyos parapetos se leía el nombre del establecimiento desde gran distancia.
(38) HAYDEE D´ONOFRIO. Investigación fondos documentales “Hotel de la Paix”, Buenos Aires, 2001, Ms.
(39) Se realizó un análisis del suelo urbano, a fin de comprender la estructura de los depósitos arqueológicos e identificar la cronología y la función de los artefactos. También se estudió la fragmentación y distribución.
(40) BERNARDA MARCONETTO. Análisis antracológico de material correspondiente a sitios arqueológicos de la Ciudad de Buenos Aires. 2002, Ms. FERNANDA RODRÍGUEZ Informe sobre identificación de restos botánicos, 2001, Ms.
(41) JUAN CARLOS GARAVAGLIA. Pastores y labradores de Buenos Aires. Una historia agraria de la campaña bonaerense 1700 – 1830. Ediciones de la Flor, Buenos Aires, 1999.
(42) El mismo fue clasificado, siguiendo la bibliografía. XIMENA SENATORE, Variabilidad cerámica del Buenos Aires colonial, en: “Arqueología de la Región pampeana en la Década de los 90”. Mónica Berón y Gustavo Politis (Comps.). XI Congreso Nacional de Arqueología Argentina, Mendoza. INCUAPA UNICEN, 1997, pp. 271 a 279. KATHLEEN DEAGAN, Artifacts of the Spanish Colonies of Florida and Caribbean 1500 – 1800. Smithsonian Institution Press, Washington, 1987. DANIEL SCHÁVELZON, Arqueología Histórica de Buenos Aires I. La cultura material porteña de los siglos XVIII y XIX. Editorial Corregidor, Buenos Aires, 1991.
(43) DANIEL SCHÁVELZON. op cit, 1999.
(44) Cabe destacar que la porcelana Pillivuyt fue la elegida por el presidente Julio Argentino Roca como vajilla personal a fines del siglo XIX.
(45) MARCELO CARDILLO Y MARCELO MORALES. Análisis de la muestra faunística de Banco Galicia. 2001. Ms. PAULA MORENO Banco de Galicia. Vidrio, Ms. 2002. TULIO PALACIO Análisis de dos muestras metalúrgicas, Ms. 2002. PATRICIA SOLÁ, Análisis mineralógico y petrológico de muestras de cerámica arqueológica, 2001, Ms.
(46) Así encontramos habitando la casa a farmacéuticos y químicos fabricantes, rematadores, médicos veterinarios, corredores, consignatarios, comisionistas, rentistas y hacendados. En 1898 encontramos a John P. Whigham, miembro del Colegio Real de Cirugía Veterinaria de Londres. Y a Tomas Murray, “Único introductor de “de Murrays” Tabaco en polvo, Importador de Haciendas finas, Exportador de Haciendas en pié y comisiones en general” (KRAFT op cit año 1898).
(47) MARCELO CARDILLO, MARCELO MORALES, MARCELO WEISSEL Integridad y distribución en el registro urbano. Un avance en el análisis químico y tafonómico del sitio Obra Nueva Banco Galicia, Buenos Aires, en “Actas del X Congreso Nacional de Arqueología Uruguaya”, Montevideo, en prensa, 2002.